Las inmediaciones del recinto ferial de Pontevedra vivieron este martes grandes colas entre las personas que acudían para vacunarse frente a la covid-19. Muchos pontevedreses tuvieron que esperar hasta 35 o 40 minutos en fila hasta lograr sentarse para la inoculación de la vacuna en una jornada que resultó especialmente complicada y en la que se puso de manifiesto que un elevado porcentaje de la población cita acudió antes de la hora para la que había sido citada, de modo que alteró los horarios previstos.
Este martes había citadas en el recinto ferial 4.000 personas, 2.000 en horario de mañana y otras tantas en horario de tarde. Todas ellas tenían cita previa, pero muchas llegaron a presentarse en el recinto más de una hora antes de la indicada. Dado que la vacunación se realiza por orden de llegada, estas personas que llegaban antes de la hora de su cita y se ponían en la fila provocaban que aquellos que sí acudían a su hora o tan sólo unos minutos antes de la misma tuviesen que esperar y acabasen por vacunarse más de media hora después de lo previsto.
"Llegué a la conclusión de que la gente viene antes de la hora. Mi marido tenía para las 17.58 y llegamos 17.50, pero estaba llegando gente que decía que tenía para las 19", relataba al lado del recinto una pontevedresa que esperaba a que su marido se vacunase en el interior. Testimonios similares realizan otros usuarios y comentan los voluntarios de Protección Civil que forman parte del operativo de seguridad puesto en marcha para garantizar el buen resultado de las jornadas de vacunaciones.
Muchas personas citadas para este martes confirman que, charlando en la cola, se enteraron de que "mucha gente viene antes de la hora, vienen una hora antes o incluso dos". De esta forma, las colas se disparan por momentos, como ocurrió en momentos puntuales de la mañana o a media tarde.
Hay usuarios que se quejan, pero no por la organización, sino por el comportamiento del resto de la población. "Si la gente respondiese, esto es un minuto y luego esperar 15 minutos por la posible reacción", indican, pero si no se respetan las citas, todo se escapa de cualquier posible control.
"Al final, la culpa es nuestra, no podemos echar la culpa a nadie", es un comentario habitual en la cola, que llega desde la zona de entrada a la de la de salida y da la vuelta.