Cerca de ochenta artesanos participan en el mercado medieval que, como cada Feira Franca, llena de actividad la avenida de Santa María. Es una de las citas fundamentales que contribuyen la que el ambiente que se respira en Pontevedra sea lo que había en el siglo XV.
En la programación de la Feira Franca también repitió la muestra de los oficios tradicionales que había en la ciudad seis siglos atrás y que atrajo el interés de los mayores y de los más pequeños.
Así, repartidos por la Praza da Ferrería, la Praza da Pedreira y la Praza do Peirao, trabajaron canteros, herreiros, palilleras, cesteras, rederas o carpinteros, que desplegaron todo su talento en las exhibiciones que hubo durante todo el día.
Acorde con la temática de este año, los juglares, la Feira Franca reservó un espacio central para toda la ambientación musical de la fiesta.
Así, por toda la ciudad se celebraron actuaciones de cantar de ciegos y cantigas, musica y bailes medievales, pasacalles o numerosos espectáculos de animación.
Por el contrario, este año no hubo la tradicional exhibición de cetrería. Tal y como determinó la Xunta de Galicia, el aviso de gripe aviar ha impedido que pudieran volar los halcones que amenizaban la fiesta en Montero Ríos.