Campo Lameiro amanece este jueves sin servicios bancarios. El anunciado cierre de la sucursal de Abanca se ha consumado y, desde ahora, los vecinos tendrán que desplazarse a otras localidades para hacer sus gestiones. Pero antes, la villa quiso acompañar este cierre con un sentido velatorio.
Desafiando a la lluvia, el vecindario se sumó al cortejo fúnebre, que partió del Concello y fue recorriendo las calles de la villa hasta llegar hasta la oficina bancaria, donde el público fue depositando los cirios con los que fue acompañado un ataúd que simulaba la muerte del rural gallego.
La capilla ardiente instalada en los bajos del consistorio fue visitada por numerosos vecinos que fueron dejando notas de condolencia por el cierre de la sucursal de Abanca en un libro de firmas especialmente habilitado para la ocasión.
De manera puntual, el féretro llegó a la Praza do Concello en un coche de Funeraria Peña especialmente engalanado para la ocasión y escoltado por miembros de Protección Civil de Portas, Cerdedo-Cotobade y Moraña que rindieron los honores oficiales al "difunto".
La Coral Polifónica de Campo Lameiro fue la encargada de cantar varias canciones fúnebres y acompañar a los presentes con diversas piezas especialmente adaptadas para la ocasión.
Posteriormente, el cortejo fúnebre inició la marcha desde el consistorio, acompañados por los acordes de la Banda de Música Unión Cultural de Campo Lameiro hasta la sucursal de Abanca.
Al final del recorrido, los presentes fueron depositando los cirios que portaban delante de la puerta de la sucursal donde esperaba una tumba que simbolizaba el "reposo eterno" del mundo rural gallego víctima de la supresión de servicios básicos y esenciales para afianzar la población.
El alcalde, Carlos Costa, en nombre de la corporación municipal, fue el encargado de dar las gracias a los congregados en el sepelio y manifestó el deseo de los grupos políticos de seguir luchando por la dignidad de Campo Lameiro y del rural gallego.
Así, Campo Lameiro iniciará de inmediato los trámites para declarar al presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, persona non grata en el Concello. Aun así, ha añadido el alcalde, "nosotros no cerramos la puerta a la vía del diálogo y a la negociación".
Volverá a reunirse con los responsables de Abanca en Pontevedra para seguir exigiendo una salida "satisfactoria" a un problema que "ellos solos crearon" y que afecta directamente a la gente mayor "que no se defiende con los cajeros inteligentes y mucho menos con la banca electrónica".
"Muchos pocos pueden hacer mucho y esta lucha que comenzó en Campo Lameiro está prendiendo en muchos lugares de Galicia por lo que estamos convencidos de que cuanto menos vamos a ser un incordio rebelde y rabudo", ha concluido el regidor en nombre de la corporación.