El feminismo pontevedrés ha vuelto a salir a la calle este lunes para mostrar su apoyo a la futbolista Jenni Hermoso tras el beso sin consentimiento del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, y sacar la tarjeta roja al machismo. Para eso, no faltaron los silbatos.
A las ocho de la tarde, de forma simultánea con otras localidades de toda Galicia, se convocó una concentración con la que quisieron "gritar ante la agresión machista a la deportista" y también "por todas las deportistas, del mundo del fútbol y otros deportes que siguen soportando acoso, indiferencia y menosprecio también dentro de sus disciplinas".
El mismo día que la Fiscalía de la Audiencia Nacional decidió abrir diligencias de investigación preprocesal contra Rubiales, personas feministas quisieron dar una muestra de unidad y comparecer "unidas para mirar de frente a una realidad que las mujeres vivimos en la sociedad, en el mundo del deporte en general y del fútbol en particular".
Durante la concentración, celebrada en la plaza de la Peregrina, representantes del Colectivo Feminista de Pontevedra y de la Asociación de Mujeres de Vilaboa leyeron un manifiesto en el que quisieron dejar claro que "ni somos falsas feministas ni consentimos acusaciones de verdaderos machistas", en referencia a la asamblea de la pasada semana de la RFEF en la que Rubiales acusó a las personas que critican su gesto con Jenni Hermoso de "falsas feministas".
La concentración reunió en la Peregrina a representantes políticos de BNG y PSOE como las concejalas Anabel Gulías, Carmen Fouces, Paloma Castro o Manuel Fariña; la senadora Marica Adrio; y el ex alcalde de Poio, Nito Sobral.
El manifiesto señala que todo el sucedido en relación con Jenni Hermoso "refleja la violencia patriarcal que también vivimos en las oficinas, en las fábricas o en las propias casas", pero en cuyo caso tuvo una circunstancia agravante, que fue el discurso público de Rubiales, donde "el agresor si victimiza, niega hechos grabados y ataca a las feministas, a la agredida y, por tanto, a todas las mujeres".
Para estos dos colectivos feministas, ese discurso fue "un escándalo que tenemos que responder con contundencia".
Piden transformaciones radicales en el mundo del fútbol, en el deporte en general y en todos los ámbitos y recuerdan que sus reivindicaciones están apoyadas por "cifras impactantes y datos irrefutables". Así, a nivel gallego, recuerdan que el estudio Elas+Futbol del año 2021 recogió que un 82% de las encuestadas sufrieron el machismo en su entorno futbolístico y un 15% fueron víctimas de acoso sexual.
No olvidaron el silencio cómplice de algunos hombres deportistas e instaron a los clubes y a la Federación Gallega de Fútbol a "pronunciarse y actuar de manera inmediata".
Así, también criticaron al presidente de la Federación Gallega, Rafael Louzán, que apoyó el presidente de la RFEF. "Ni Rubiales ni Louzán quieren afrontar la transformación del deporte que exigimos", señalan, para añadir que estarán en la lucha mientras el deporte esté en manos de "individuos como ellos, que aplauden, festejan y apoyan públicamente las agresiones que recibimos las mujeres".