El inesperado y tristísimo fallecimiento del loro Ravachol durante las últimas horas ha provocado que la ciudad volviera, un año más, a mostrar sus condolencias con el característico personaje que de manera casual en este Entroido vestía de 'Cremamóbil: incineraciones a domicilio'.
Cientos de personas quisieron acompañarlo en su último trayecto. Desde media tarde, numerosas personas se acercaron al velatorio en la sala mortuaria instalada en la Plaza de A Verdura para después acompañar al séquito y a las comparsas Val do Lérez, Amoriños de Bora, Os Paparrulos, O Cientolos, Os solfamidas, Las Flores del Carnaval, Vamos a Todo y Os da Caña por un recorrido por el centro histórico en señal de duelo.
Una vez que el cortejo llegó hasta la Plaza de A Ferrería se desarrolló una velada infausta y se procedió a la incineración del loro finado. Para honrar su memoria, los asistentes pudieron disfrutar de un espectáculo necrológico con la lectura de una elegía dedicada al fallecido, una actuación de la danza de la muerte a cargo del grupo folclórico Celme. A continuación Os de Algures y Val do Lérez participaron también en el homenaje que finalizó con la quema del loro sin que los inoportunos chubascos lograran apagar sus llamas. Con su incineración se va el Carnaval pontevedrés de 2015.