Marín ha celebrado este domingo una de sus festividades más representativas, San Miguel, y, como es habitual, el momento más esperado y multitudinario fue el tradicional baile de la Danza de Espadas.
La jornada comenzó con un acto institucional a las 11 de la mañana en el salón de plenos del Concello, en el que el Patronato de San Miguel entregó las distinciones a los cofrades de honor y se impusieron las espadas de plata y doradas a los danzantes.
A mediodía, la comitiva se dirigió al Templo Nuevo del Parque Eguren, donde se celebró una misa solemne cantada por el Coro Thalassa.
A continuación, fue el turno de la esperada procesión y baile. A partir de las 13.00 horas, el santo San Miguel comenzó su recorrido hacia la plaza del Reloj, con las habituales paradas ante el palco de música de la alameda y la plaza de España para realizar el colorido y vistoso baile de cuatro siglos de antigüedad.
Durante todo el recorrido y en las tres paradas para el baile -alameda, plaza de España y plaza del Reloj-, las cintas de colores azules, rojos y blancos compartieron protagonismo con el calor, que a mediodía pegó fuerte en Marín, pero o consiguió deslucir la secular tradición.
Una ofrenda floral en la plaza del Reloj fue el colofón a la jornada.