"Nestes tempos precisamos recuperar o exemplo de persoas íntegras coma Ernestina Otero"

Ni la lluvia consiguió deslucir el homenaje que el Concello de Pontevedra rindió este jueves a Ernestina Otero Sestelo, directora de la antigua Escuela Normal de Magisterio de Pontevedra. El tiempo obligó a trasladar el acto desde la avenida de Montero Ríos al IES Valle Inclán. Allí se recordó la figura de una mujer se dedicó más de treinta años a la enseñanza en una época con gran dificultad para el acceso a los estudios, especialmente para las mujeres.

En el homenaje, además de la concejal de Mujer, Carme Fouces, que destacó que mujeres como Ernestina Otero "foron as que edificaron a estrutura de dereitos que agora queren roubarnos", participaron Aurora y Clementina Vidal Caramés; Manuel Puga Pereira, nieto y biógrafo de Ernestina Otero y el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores.

Este último destacó durante su intervención que "hoxe Pontevedra comeza a salvar unha débeda co seu pasado, cunha figura que tantos exemplos de intelixencia, de xenerosidade e compromiso nos deu, e que hoxe recibe o recoñecemento da que foi a súa cidade de adopción durante máis de 30 anos".

El alcalde señaló que "nestes tempos en que parece que camiñamos para atrás, en que están ameazados dereitos e avances que tanto custou conquistar, precisamos recuperar o exemplo de persoas íntegras coma Ernestina Otero". En este sentido avanzó que este homenaje "é só un primeiro chanzo dun recoñecemento social que se irá ampliando con outras propostas, co fin de manter sempre acesa a súa luz de muller excepcional e pedagoga exemplar".

Nacida en Redondela en 1890, Ernestina Otero estudió Magisterio en Pontevedra, y desde 1915 enseñó en esta escuela y en la Normal y colaboró además en muchas otras actividades sociales que dejaron una profunda huella en la ciudad. Su implicación en el sistema de la Institución Libre de Enseñanza y su lucha por los derechos de las mujeres provocaron su suspensión y degradación tras la guerra.

A pesar de la persecución que sufren ella y su familia, su vida siguió marcada por la solidaridad y el compromiso. Y tras diez años de destierro en Ourense, finalmente pudo volver a Pontevedra, donde siguió enseñando en una Escuela de Magisterio donde regía la separación por sexos y había programas diferentes para chicos y chicas. Considerada como una figura clave en la emancipación femenina en la primera mitad del siglo XX, falleció en 1956.

Este homenaje se celebró en la víspera del inicio del II Simposio "A memoria das mulleres" que tendrá lugar este viernes y sábado en la Casa das Campás.