Lo avanzó esta misma semana Kin Martinez, director de EsmerArte Industrias Creativas: "lo que pretendemos es que sea un festival muy universal". Y la tercera edición de Río Verbena Fest ya cumplió objetivos en su primera jornada.
Este viernes 23, se subieron a los dos escenarios instalados en el recinto ferial nueve propuestas musicales de distintos estilos y, como resultado de alguna clase de magia que, cuando hay suerte, se logra en algunos festivales, lograron una comunión público-artista que fue más allá de gustos individuales. El ecléctico cartel hizo saltar al mismo tiempo a distintas generaciones.
Parafraseando a uno de los cabezas de cartel, Viva Suecia, y su álbum 'El amor de la clase que sea', lo que se demostró en el Río Verbena es que lo que importa es la música, de la clase que sea. Tanto poder tiene que va más allá de imprevistos y fallos técnicos como el que dejó sin suministro eléctrico durante varios minutos a Siloé. Y que los espectadores suplieron cantando una 'Rianxeira'.
"Me da igual los fallos técnicos, porque eso significa que somos humanos", terminó su vocalista/cantautor, Fito Robles, tras cerrar una hora de show con uno de sus temas más míticos ya, 'Si me necesitas, llámame'. Había prometido un gran concierto y logró que el público se entregase, más si cabe tras el breve parón.
Cuando Siloé saltó al escenario, el recinto ya estaba prácticamente lleno, con sus 9.000 espectadores de aforo máximo vibrando. Había calentado motores con Joana Romero, Four Passengers, Son das tabernas y, sobre todo, la propuesta clásica de Mikel Erentxun, que se metió al público en el bolsillo con alguna de las canciones más legendarios de Duncan Dhu y se despidió trasladándolo a una calle de París.
El baile ya corría por las venas del auditorio, que incluso había vivido momentos álgidos como una pedida de mano del cantante de Son das Tabernas, Johnny Güimil, y estaba en el momento de exaltación del amor y la amistad, y Siloé elevó las revoluciones.
Desde una plataforma entre el público, con adaptaciones de sus letras pegadas a la ciudad del Lérez -"aquí, junto a la Peregrina, me invitaste a bailar", comenzó-, apostó fuerte algunos de sus temas más conocidos y, al son de 'La verdad', lanzó una pregunta al aire: "¿Están todos preparados para el mejor concierto de su puta vida?". Y un reto: "Que levante la mano quien tiene ganas de un puto festival". Y nadie quedó con los brazos abajo.
Tres chavales que llegaron de Valladolid "a hacerles felices" y que, sin duda por influencia de su batería, Jacobo, de Caldas de Reis, llegaron con el mapa de las plazas de Pontevedra y los municipios vecinos bien aprendidos y con su 'Sangre en las venas' o 'La niebla' puso a todos a bailar.
"En medio de esta noche tan larga, qué nos va a pasar", se preguntó Dani Fernández nada más saltar al escenario con su famosa 'Dile a los demás'. Y, como un augurio, todavía quedaba noche para mucha sorpresa. El ex de Auryn no obvió las referencias a su antigua banda, lanzó al público una petición -"Cuidad este festival"- e hizo que en el recinto ferial hubiese un 'Clima tropical'.
Confesó Fernández que "uno de los mejores momentos del concierto", de sus últimos conciertos al menos, es su particular homenaje a la banda "que me cambió la vida". Y, a la vista de la cantidad de abrazos y móviles que surgieron en ese momento, también fue uno de los mejores momentos de este show para muchos espectadores.
Su particular homenaje a 'Supersubmarina', una banda que lo reflotó cuando, tras dejar Auryn, se estaba replanteando su futuro, ya anunció el fin de una actuación en la que confesó al público que los músicos "no seríamos nada si no compraseis música" y terminó con su hiperconocido tema 'Bailemos'.
¿Quién quiere bailar?, preguntó Dani Fernández en la recta final. Con él, dificil fue quedar con las piernas quietas. Y todo el público movió las caderas sin descanso también en el momento álgido de la siguiente parada de esta "verbena", Vicco. Su 'Nochentera' fue el colofón de su actuación y espantó el frío que, ya hacia la medianoche, amenazaba el recinto al pie del río Lérez.
La cantante se mostró muy reflexiva, presentando los temas de su último disco, 'Noctalgia', y no se dejó atrás guiños a otros artistas, una de las constantes del viernes en Río Verbena. En su caso, cantó el tema que comparte con Abraham Mateo, 'Tequiero' y versionó la famosa 'Pop' de La Oreja de Van Gogh.
El relevo lo tomó uno de los platos fuertes de Río Verbena y empezó fuerte. 'No hemos aprendido nada' y 'Los años' inauguraron pasada la medianoche la actuación de Viva Suecia, la más concurrida de la jornada, hora y media de pop-rock tras la que ellos mismos confesaron que habían percibido esa comunión artista-público que se experimentó durante toda la noche.
Así, resumieron: "Ha sido una noche de putísima madre, amenazamos con volver". Galicia, confesaron, "é máxica". Aunque ellos ya lo sabían, pues, tal y como recordaron, no han visitado mucho la ciudad, pero en su retina quedó marcado un concierto en la Sala Karma y sí han vuelto más veces a disfrutar de la cocina de un "gran amigo", el chef Pepe Solla.
El propio Solla subió al escenario con su guitarra para acompañarles. Y no fue el único. También Dani Fernández volvió a pisar las tablas dos horas después de su show en solitario para interpretar el tema que tienen en colaboración, 'Lo siento'.
Esa conexión con el público la alimentó el propio su cantante, Rafa Val, que bajó al foso para interpretar 'La canción del presidente' y, ya en la recta final, se metió entre el público para 'Todo lo que importa'.
El espectáculo está asegurado con los de Murcia, que apuestan por una puesta en escena de conffeti, serpentinas y una sucesión de imágenes inmersiva. Y el vínculo con quienes les bailan es tal que incluso logró que, con 'Hablar de nada', todos se sumasen a las felicitaciones a dos desconocidos, Pablo y María, que se casan este fin de semana en Nigrán. "Y vivan los novios'.
Terminó muy arriba, con 'El Bien' y, aunque un buen número de espectadores ya agotados a esa hora, las dos de la madrugada, empezaron a abandonar el recinto, numeroso fue el público que se quedó el fin de fiesta con Michenlo, el DJ influencer de Valga que conquistó al público al ritmo de versiones de los más distintos estilos. No faltó ni Abba.