El vicepresidente de la Deputación de Pontevedra, César Mosquera, sacó a relucir este jueves su faceta más pedagógica y, como si se tratase de una de las clases de su etapa de profesor de instituto, quiso explicar de forma didáctica cómo ha cambiado la institución provincial en los tres años trascurridos desde que el gobierno bipartito PSOE-BNG desterró a los ejecutivos históricos del PP. El principal cambio pasa por una modificación de las dinámicas de reparto de fondos hacia los verdaderos beneficiarios de esta institución, los concellos, que han pasado a estar más planificadas y sin la "discrecionalidade" que atribuye a los antiguos resposnables.
Mosquera relató esta evolución en un desayuno informativo con los medios de comunicación de Pontevedra en el que hizo un repaso global a tres años en los que la Deputación dejó de ser "presidencialista" y un balance del mandato. A pesar de que todavía queda un año por delante hasta las próximas elecciones municipales, sostuvo que ya puede hacer balance porque se ha trabajado "con moita previsión".
Esta planificación de la gestión de la institución ha permitido, según sostiene Mosquera, que "prácticamente está todo repartido" para que las partidas económicas del Plan Concellos o de otros programas provinciales puedan estar a disposición de los ayuntamientos. "Para que os concellos poidan facer, a Deputación adiantouse" y, además, se repartieron fondos sin precedentes, entre 290 y 300 millones, datos que no se habían registrado "nunca na historia en ningún mandato" en Pontevedra.
Haciendo gala de su experiencia en las aulas, incluso hizo algún chascarrillo para trasladar de forma práctica de qué forma ha afectado esto a la gestión municipal, al asegurar que "os concellos teñen certas dificultades para contratar e executar con cargo aos fondos da Deputación" o, lo que es lo mismo, "non dan gastado o que se lle manda porque non contaban con ese volumen".
Ese reparto de dinero se hizo "con criterios obxectivos" y de forma que "aos concellos se lles trata a todos igual",de modo que considera que se han erradicando viejas costumbres y "desapareceu esa discrecionalidade que había antes".
Al respecto, aseguró que "probablemente a maior dificultade" de esta etapa ha sido cambiar esas dinámicas en las que asegura que algunos municipios estaban acostumbrados a "ter unha relación privilexiada". No duda en ponerle nombre a esa gestión que atribuye al gobierno anterior y lo tilda de "caciquil" o de "favoritismos". A pesar de que ha costado, confía en que este "paso adiante" ya no tenga vuelta atrás en los mandatos posteriores.
Hacer balance de estos tres años de mandato implica inevitablemente tocar dos aspectos que han marcado el camino de la nueva Deputación: la apuesta por el Plan Revitaliza de compostaje y las actuaciones para mejorar la seguridad vial en las carreteras provinciales a través de los reductores de velocidad, los comunmente conocidos como 'lombos'.
La expansión del compostaje avanza a buen ritmo e implicará que a finales del mandato Pontevedra pase a tener índices de implantación que nada tendrán que envidiar a otras que llevan apostando por este tipo de políticas muchos más años, como Navarra, Cataluña o determinadas zonas de Madrid.
En cuanto a los reductores de velocidad, su instalación "cada vez é máis elevada" tanto por decisión del gobierno bipartito como en respuesta a las peticiones de los distintos municipios. A pesar de que tiene experanza de que dentro de unos años este tipo de medidas dejen de ser necesarias porque los conductores respeten los límites de velocidad, considera que lamentablemente aún pasará mucho tiempo en el que deban seguir apostando por ellas, como también está ocurriendo en otros países como Francia o Estados Unidos. "É unha tendencia global. Non estamos facendo nada diferente", sostiene.
Un balance a cuatro años de gobierno pasa también por las relaciones entre los dos socios en el Ejecutivo y con la oposición. Centrando ese análisis en el principal grupo de la oposición, el PP, Mosquera se muestra muy crítico y se muestra "sorprendido" por la "desconexión que ten da provincia e da propia Deputación". Un ejemplo es, a su juicio, que hay muchos ayuntamientos gobernados por el PP que piden apostar por el Plan Revitaliza mientras el grupo provincial se muestra en contra.
Sobre su socio de gobierno, el PSOE, y sobre la presidenta provincial, Carmela Silva, solo tiene buenas palabras. La clave del éxito es "que se puxo todo moi clariño" y se firmó un pacto de gobierno que se está cumpliendo sin que nadie se aparte de su papel.