Este año, la nobleza medieval que todos los años frecuenta las calles de Pontevedra durante la recreación de la Feira Franca corre el riesgo de verse arrollado por la revolución campesina que la crisis ha despertado en los últimos tiempos. Así lo afirman en los puntos habituales para el alquiler o compra de trajes de la época y de adquisición de telas para la ya tradicional cita pontevedresa con el medievo.
Elena Suárez, propietaria de Disfraces Teucro afirma que "lo que se busca ahora es comodidad" y Eva Ruibal de Telga asegura que "ya no quieren nada de damas ni grandes galas. Buscan lo sencillo, trajes de campesino, lo que les resulte más cómodo". Y es que la crisis se nota más en esta edición que en cualquiera de las anteriores. "Este año va un poco más lento que otros años. La gente alquila más a última hora. Antes todo se hacía con más tiempo. Yo creo que la crisis ha influido muchísimo. Durante otros años, en vísperas de Feira Franca, solo hacíamos entregas porque ya estaba todo reservado y teníamos lista de espera de reservas. Eso se acabó. Ahora tenemos el 90% del material todavía dentro", afirma Elena Suárez que ha visto como, en los últimos tiempos, el boom del alquiler de trajes medievales que se produjo en las primeras ediciones se ha ido desvaneciendo. Ahora, los clientes prefieren la compra al alquiler: "Antes nadie quería comprar. Ahora sí. Ha cambiado la tendencia, la gente quiere comprar y guardarlo para próximas ocasiones. Se está vendiendo a los mismos precios de los últimos años. Puedes alquilarlo por 10 euros y comprarlo a partir de 30. Se trata de una oferta que tenemos que cuenta con bastante demanda".
Eva Ruibal también coincide al observar la preferencia actual de los clientes por comprar telas y elaborar los trajes "ya no se suele cambiar cada año de vestimenta. Al alquilar tienes que devolverlo, el traje no es tuyo. Así que la gente prefiere comprar las telas e incluso pagar la confección porque le saca más provecho". Eva asegura que por 20 euros ya se puede lucir un buen traje de campesino. "Por 15 euros", afirma un joven cliente "me he comprado las telas para ir de templario". El muchacho muestra un telar brillante mientras reconoce que será su madre quien se encargue, en las próximas horas, del diseño y la confección que le permitan transformarse en un miembro de la orden de caballería.
Son horas de trasiego para los más rezagados. En estos establecimientos aguardan que en estos últimos días previos al inicio de la Feira Franca, aumente la actividad a pesar de las predicciones metereológicas que alertan de la posibilidad de que algún chubasco descargue durante el sábado. "Hemos tenido años de llover a chuzos. Yo me ponía enferma, un dolor de estómago... Lo pasaba fatal. Ahora ya no miro el tiempo. La lluvia no creo que sea un obstáculo para la fiesta" asegura con una sonrisa Elena Suárez entre los graffitis con motivos medievales y los maniquíes con vestimentas propias de los siglos XV y XVI. Entiende que este evento se ha convertido en un referente para el turismo peninsular: "Nosotros tenemos clientes de fuera, de Sevilla, de Portugal... Hay gente que pasa por la ciudad y le llama la atención tanto los trajes como la decoración. Y al final deciden alquilar y quedarse a la Feira Franca".
La tela de saco es una de las principales demandas en Telga para la decoración durante estos días. La más económica cuenta con un precio de 3,50 euros el metro. Los clientes también muestran su predilección por los productos de pasamanería. Cordones, borlas, flecos y otros adornos dorados o plateados se mueven entre los 0,60 y los 3 euros el metro. Se venden durante todo el año pero, en estas fechas, son artículos que cuentan con especial querencia entre los aspirantes a vestirse de nobles por las calles de Pontevedra.
Y es que, como afirma Elena Suárez, "lo importante en la Feira Franca es divertirse" ya se vista uno de noble o de vasallo.