La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha suspendido este martes el juicio previsto contra el vecino de Cangas Cándido P.P., acusado de tentativa de homicidio contra su expareja, ante la ausencia del abogado de la presunta víctima.
El letrado aportó documentación acreditativa de un delicado estado de salud y la vista se retomara el 12 de marzo. La supuesta víctima, María B.B., no debería mostrar su disconformidad por el aplazamiento ya que ha sido responsabilidad de su abogado, pero a las puertas de la Sección Cuarta de la Audiencia manifestó su preocupación por el mismo. ¿El motivo? Este lunes recibió la notificación de que se revocaba la orden de protección que impedía al acusado acercarse a ella. Ante la nueva situación, asegura: "me veo con pánico por mí y por el niño".
La mujer pidió al tribunal que dictase una nueva orden de protección y la Sala se reunió durante más de media hora con la Fiscalía para estudiar el caso, mientras la víctima esperaba fuera de la sala, "muy preocupada". Finalmente, decidió no decretar la orden de alejamiento y remitió a la supuesta víctima al Juzgado de Instrucción número 2 de Cangas, instructor del caso.
La decisión del tribunal dejó sentimiento de "impotencia" a la supuesta víctima, ya que "me dicen que vaya al Juzgado de Cangas y que la solicite, pero ¿y si no me la da?". "Me veo con pánico por mi y por el niño", indicó y añadió que a su hijo "ya no le digo nada" para no preocuparle, ya que el niño estaba presente el día que el acusdo, según la Fiscalía, "con intención de atentar con la vida de su expareja", se metió en los bajos del vehículo de ella y con el cuchillo sacó los tubos de los frenos traseros. Empezó a cortarlos "teniendo que desistir de su propósito cuando ella se personó en el lugar alertada por unos vecinos".
María B.B. indicó que "tengo que estar pendiente de él (su hijo) a todas horas" y que se siente tan desamparada que "me voy a encerrar en mi casa hasta el día 12", fecha fijada para el nuevo juicio, ya que tras estos hechos que van a juzgarse se dictó una primera orden de alejamiento y, cuando venció, "vino al piso, rompió la puerta, me amenazó, hizo mucho daño, me falló el coche,me dio golpes al coche...".
La mujer solicitó una segunda orden de protección y se mudó a vivir de Cangas a Moaña. Desde entonces, "no se volvió a meter mas conmingo, hasta ahora estuve tranquila". Sin embargo, en los últimos días el acusado "estuvo diciendo por Cangas que iba a mandarme a unos sicarios", que "sabe donde vivo porque me busca y busca la manera de encontrarse conmigo".