"I'd like to stay here, in España" o, lo que es lo mismo, "Me gustaría quedar aquí, en España". Es una de las pocas frases que aciertan a decir en inglés Samer, Abdullah, Ali, Mohamed, Hamil, Zoul y Ahmad, los siete ciudadanos de origen sirio que esta semana llegaron al puerto de Marín a bordo de un buque cargado de piedra y, al poco tiempo de atracar, pidieron asilo en España. Les gustaría quedarse porque, según explican, "en Siria hay demasiados problemas" ("Syria, too much problems", en su inglés forzado).
La petición de asilo la hicieron este martes y, desde entonces, la burocracia se ha puesto en marcha. A primera hora de la tarde de este miércoles, ya habían sido identificados por agentes de la Policía Nacional, que les visitaron a bordo del barco para recabar información acompañados por un intérprete. A continuación, todos los datos y la documentación fueron remitidas a la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior, con sede en Madrid, según han indicado fuentes gubernamentales.
Los siete ciudadanos sirios se encuentran ahora en un impasse, a la espera de que las autoridades resuelvan sobre su petición. Poco saben de cómo está la situación, pero desde la cubierta del barco se comunicaron con este periódico en inglés y trasladaron que confían en saber algo "quizás en cuatro días".
A pesar de sus dificultades comunicativas en inglés, lograron trasladar que se decidieron a pedir el asilo justo en el puerto de Marín porque "de aquí, vamos a Siria", de modo que, de no haberlo solicitado a su llegada a la dársena pontevedresa, su siguiente destino sería Siria y por nada del mundo quieren volver. Salieron de allí hace "tres meses" a bordo del barco Lady Boss y desde entonces pararon en lugares como Turquía o Guinea Bissau, pero el viaje se acababa y ya no tenían más opciones de intentar evitar el regreso.
Cuando se le pregunta el por qué de su rechazo a volver a su país de origen, responden moviendo la cabeza y asegurando que allí todo son "problemas" y "guerra". Confían en quedarse en España, pero no tienen predilección por uno u otro lugar, sino que citan Madrid, Barcelona o cualquier otra ciudad. Marín también les vale, aseguran con la cabeza. Todo menos volver a Darayya, su ciudad.
¿Por qué España? "Es muy bonito", aseguran. Y tampoco concretan mucho más. Tan sólo que tienen distintas situaciones personales y edades (20, 22, 27, 45 o 54 años son algunas) y quieren quedarse "por un trabajo" y por escapar de la situación de guerra y destrucción que tiene su país.
A bordo del barco, que tiene bandera del archipiélago africano de las islas Comoras, había un total de 11 tripulantes, pero tan sólo ellos siete son de origen sirio y pidieron el asilo. El resto no están en el barco, pero ellos no pueden salir poque carecen de la documentación adecuada hasta que se resuelva su petición de asilo. En el barco tienen comida y bebida, de modo que se alimentan bien, incluso "demasiado", y aseguran que le queda para "seis días".
Lo que echan de menos es un teléfono con una tarjeta SIM válida para poder utilizar en España, pero desde la empresa de seguridad privada que se encarga de vigilar el barco -por momentos estuvo la Policía Nacional, pero no de forma permanente- tienen órdenes de no dejarle bajar a tierra y, mucho menos, ir a comprar la tarjeta o encargar que la compren. Este miércoles bajaron para hablar con los responsables de la empresa de seguridad, pero les instaron a volver al barco de forma inmediata.
*Cabe la posibilidad de que alguno de los nombres recogidos en esta información contengan algún error. Se trata de los datos aportados en persona por los siete refugiados desde la cubierta del barco y las conversaciones se desarrollaron con dificultad. Las frases que dijeron de forma clara en inglés aparecen traducidas para facilitar el entendimiento del texto.