Este sábado 26 de junio, por primera vez en mucho tiempo, el uso de la mascarilla ha dejado de ser obligatorio al aire libre, siempre que se pueda garantizar la distancia de seguridad con otros ciudadanos.
Esta situación, en plena jornada veraniega en las Rías Baixas, ha dejado imágenes que ya casi no se recordaban, aunque una gran mayoría ha optado por el momento por la cautela apostando por seguir llevando el mayor tiempo posible esta prenda de protección.
Así ha sido al menos en zonas urbanas, siendo más sencillo encontrar a personas con su cara descubierta en zonas verdes o en las inmediaciones de las playas.
En todo caso, tal y como recuerdan las autoridades, la mascarilla sigue siendo necesaria en muchos casos. Por un lado en interiores, y también en exteriores cuando se produzcan aglomeraciones o en lugares como las terrazas de hostelería, al entender que en ellas es imposible mantener las distancias.
Su uso seguirá siendo obligatorio además en los ayuntamientos que registren un nivel máximo de restricciones, o lo que es lo mismo, que cuenten con una incidencia a 14 días superior a los 500 casos por cada 100.000 habitantes, un extremo que por ahora no se registra en la comarca.