El mercado de Pontevedra es este sábado punto de encuentro y diálogo sobre feminismo. Acoge la jornada 'Escuela de Pensamiento Feminista', organizada por el PSdeG y que reúne a expertas en violencia machista, paridad, empleo y conciliación responsable, abolicionismo o agenda feminista.
Entre las participantes está Sandra Amezaga, secretaria de la asociación Mulleres Salgadas que agrupa a las mujeres en el sector del mar.
¿La mujer que trabaja en el mar es feminista?
Yo sí. Muchas de mis compañeras, sí, pero el pensamiento feminista no está muy extendido al mar. Me llamó muchísimo la atención hace unos años que le dimos el Premio Muller Salgada a mujeres de más de 75- 80 años, como homenaje a esa generación que había hecho tanto y que había sido tan invisibilizada. Cuando hablabas con ellas, usaban conceptos feministas, como sororidad. A lo mejor no utilizaban esa palabra, pero lo definían perfectamente. En su día a día, lo tenía muy interiorizado. Y eso ahora no lo percibimos.
¿Por qué ahora no se detecta eso? ¿qué habéis notado?
Notamos, por ejemplo, que cuesta hablar de feminismo. El feminismo hace que la gente se eche para atrás. Nosotros nos declaramos feministas en nuestros estatutos, pero luego vamos a muchos sitios y nos dicen: ¿por qué no pueden ir hombres? Es que somos una asociación de mujeres.
¿Qué crees que puede lograr el feminismo para este sector?
Yo creo que el feminismo lo puede lograr todo. El camino hacia la igualdad tiene que ir de la mano del feminismo. El feminismo está luchando por un colectivo de mujeres que está muy olvidado. Oyes hablar de directivas, de ejecutivas, del techo de cristal…. Aquí no estamos hablando de techo cristal; estamos hablando de mujeres que necesitan unas condiciones de trabajo adecuadas, que se valore ese sector y lo más importante, tener voz dentro del sector, que no la tenemos.
Uno de los lemas de vuestra asociación es "En Galicia mar es femenino". Y, sin embargo, el protagonismo sigue siendo masculino.
Sí, empezando por las cofradías que, de 63, salieron 4 patronas mayores en las elecciones. Es poquísimo. Si vamos a las asociaciones de bateeiros, pasa lo mismo. En las federaciones de cofradías no hay ninguna mujer presidiéndolas. Si vamos a empresas conserveras, las mujeres son las que están en la planta, limpiando el pescado, pero en puestos directivos, contadas. Y así en todo no. Ahí es a donde hay que aspirar, a estar ahí. .
¿Por qué lucháis desde Mulleres Salgadas?
Cuando nacimos, teníamos los ideales muy generales: la visibilidad de las mujeres que trabajan el mar, acceder a los puestos de representación... Pero nos hemos dado cuenta de que necesitamos cosas más concretas. Estamos pidiendo que se cambie la Ley de Cofradías, una ley totalmente obsoleta, con una forma de elección que penaliza las mujeres. Estamos pidiendo desde hace varios años un Observatorio de Igualdad de Género de la Pesca de Galicia y no lo hemos conseguido. Estamos hablando de cosas muy duras y de palabras mayores. Cuando las críticas que nos hacen son personales, pero no nos hacen ninguna crítica concreta a lo que pedimos, a lo que hacemos o a lo que demandamos, ¿qué es lo que estamos haciendo mal? ¿por qué nos consideran tan peligrosas?
¿Y tú cuál crees que es la respuesta?
La respuesta es que estamos rompiendo cierta dinámica de poder, en la que las cosas están muy bien para mucha gente, incluso a nivel institucional, y que no vengan unas señoras a cambiar esta situación. Había mucha costumbre que las asociaciones de mujeres solamente son para hacerse la foto al lado del conselleiro o la conselleira de turno, pero no para tener voz, para pedir cosas, para promover cambios. Para eso no estamos autorizadas.
Ese Observatorio todavía no se ha conseguido, pero sí conocéis la situación. ¿Falta mucho para lograr esa igualdad real entre mujeres y hombres?
Muchísimo porque, además, en el caso de Galicia y el mar, hay otros problemas que se entrecruzan. Aunque consiguiéramos esa modificación de la Ley de Cofradías, que la vamos a conseguir porque es insostenible en términos de paridad, todavía nos quedaría mucho por andar porque tenemos un problema estructural dentro de la sociedad. Hay una división por géneros dentro del sector del mar que no tiene ninguna causa de ser en sí misma. Las mujeres al marisqueo a pie. ¿Por qué? Porque eso les permite ser las únicas cuidadoras de sus familias. A la sociedad le viene muy bien tener ahí una masa gratuita para ocuparse de esa tarea. Y, además, se considera que es un trabajo menor porque lo hacen esas mujeres para compensar la economía familiar cuando sus verdaderas función es la casa. Entonces, ¿para qué van a participar en el ámbito público si su lugar no es ese?
En realidad, por lo que estás definiendo, parece que tampoco os diferencia tanto de lo que pasa en otros sectores.
Nada, no nos diferencia nada. Lo único que nos diferencia es que aquí hay características que agravan el problema como el entorno rural, porque estamos en pueblos pequeños; la edad de la mayoría de mujeres del mar, que superan los 45 años; el nivel de educación formal, que hay mariscadoras con estudios, pero no es la habitual; y el ambiente machista. Y eso lo agrava todavía más. Es lo mismo que pasa, por ejemplo, en el periodismo, en Judicatura. Una gran masa de mujeres, pero no en los puesto saltos. Si en la política funcionaron las cuotas, ¿por qué no nos van a funcionar a nosotras? Leyes que obliguen a la paridad de género de los órganos de representación. Pero eso, al mismo tiempo, sin olvidarnos de que hay que hacer una tarea de educación de la ciudadanía para ver que las mujeres no tienen que ser las únicas cuidadoras de las familias, que es un problema social y que no puedes organizar una sociedad basándote en que las señoras se van a encargar de solucionar ese problema.
¿Crees que la sociedad reconoce el trabajo de las mujeres en el mar o sigue siendo muy invisible?
No. Porque si las reconocieran, no estarían ahí. Ahora hay un problema enorme con el marisqueo y las mujeres no han estado en las mesas de negociación. A nosotras no nos ha recibido todavía el conselleiro do mar, y nos hemos cansado de pedirlo. Hemos pedido también una reunión a la conselleira de Política Social y nos ha contestado que no tiene agenda. Si consideras que el mar y las mujeres no son prioritarios ni para la conselleira de Política Social ni para el conselleiro do Mar... Para mí eso no es casual, hay una intención de apartarnos a un lado. Y en esto están colaborando los hombres del sector, están decididos a apartarnos, nos consideran algo peligroso y nos acusan de feministas, que lo somos, por supuesto, pero como si fuera algo peligroso o el enemigo a vencer.
¿No os sentís representadas en las otras entidades del sector?
No. No se ocupan de nuestros temas. Nos convocaron a una reunión mariscadoras para hablar de las ayudas FEMP al marisqueo a pie y, cuando llegamos, un patrón mayor y un presidente de una agrupación se levantaron y se fueron porque dijeron que qué pintábamos nosotras allí.
¿Os apartan ellos?
Ahí la presión funciona. Yo presiono: ojo con quien andáis, esta gente... Lo pienso muchas veces. Somos peligrosas.
¿Peligrosas por qué?
A mí me recuerda a las antiguas brujas: se cuenta que se han visto en el bosque devorando niños. Pues no. ¿Estamos pidiendo participar en las de esas de negociación? Sí. ¿Estamos pidiendo ser parte de la actividad económica, política y social de Galicia? Sí. ¿Estamos pidiendo que no se nos asfixie financieramente y tener acceso a ayudas como tienen otras asociaciones que, por lo visto, no son tan mal miradas? También. ¿Estamos pidiendo formar parte en paridad de esas organizaciones pesqueras, bateeiras...? Pues sí, pero es que esto no es ningún favor, es nuestro sitio. Es que somos el 50% de la población, aunque algunos se hayan olvidado.
Por los datos que sí que tenéis, a pesar de que no se hagan estadísticas ni informes especializados, ¿cuál es esa brecha de género en el sector?
Estamos viendo una representación en las cofradías inferior al 4%. Estamos viendo que todos los trabajos feminizados se apartan a un lado. No es lo mismo las ayudas que salieron para el marisqueo a flote que las que salieron para el marisqueo a pie. Y hay diferencias que vienen desde que se profesionalizó el marisqueo a pie, que tiene que ver con los Permex. El del marisqueo a pie se renueva anualmente y te obliga a hacer limpiezas y vigilancias de manera gratuita. Para nosotras es fundamental hacer limpiezas, pero que sea gratuito... y, sobre todo, que quede en manos de las mariscadoras qué hacer con lo que recogen, eso no tiene ni pies de cabeza porque no tienen ni los recursos ni las herramientas. Pero, como es un colectivo formado por mujeres, no es un tema prioritario en la agenda de las federaciones.
¿Crees que lo que pasa es que nunca sois prioritarias porque sois mujeres?
Creo que nunca somos prioritarias porque somos mujeres, porque se considera que las mujeres hacen trabajos menores. Es lo mismo que pasa con las cuidadoras. ¿Cuánto cobran las mujeres que cuidan ancianos a la residencias? Tienen sueldos bajísimos y es un trabajo fundamental. Pues aquí pasa algo parecido. Antes lo decías tú: no es muy diferente a lo que pasa en otros sectores.