Maite Ramírez Baltuille: "Empezaré en otro lado. La Moda Ideal va a seguir"

Pontevedra
02 de febrero 2016

Entre las decenas de personas que se agolpan en la plaza de la Estrella y sus aledaños, Maite Ramírez Baltuille, atiende llamadas al móvil, recibe abrazos y mira impotente hacia los Soportales. Es la propietaria de La Moda Ideal, uno de los negocios del inmueble que ve ardiendo: “ahora mismo estoy en una nube, en shok. Supongo que mañana bajaré y me enteraré de la cruel realidad”

Imagen del interior de Tejidos La Moda Ideal antes del incendio Facebook Tejidos La Moda Ideal

A las ocho y media de la tarde de este uno de febrero, la jornada lejos de concluir, ha tomado un derrotero que relataba así Maite Ramírez Baltuille, propietaria de La Moda Ideal: "acabábamos de cerrar. Estábamos haciendo caja y la persona que trabaja conmigo acababa de irse. Vi que por el techo entraba algo de humo. Me extrañó y pensé: veo mal, veo mal; pero no, era humo. Entonces llamé enseguida a la persona que trabaja conmigo, llamamos a los bomberos y ya se veía el humo que entraba al comercio por el patio".

Maite asegura que "los bomberos tardaron mucho, mucho y fueron a la Michelena que es donde empezó, en el primer piso de Cuplé, la zapatería y de allí se transmitió, pero por aquí no vino nadie. Fueron tres cuartos de hora lo que tardaron en venir los bomberos, que igual no podrían hacer nada y el resultado hubiera sido el mismo, pero…" …Pero mira a los Soportales y lamenta: "con toda la mercancía de los carnavales y del verano dentro". Vuelve a mirar y sentencia rotunda: "empezaré en otro lado. La Moda Ideal va a seguir".

La Moda Ideal era un comercio de tejidos con 120 años de antigüedad. Los pioneros en 1896, Romero y Bobillo, que introdujeron al tío abuelo de Maite Ramírez cuando era un chiquillo, para aprender el oficio. Con los años, los socios se separaron y al no tener descendientes, se lo traspasaron en 1904. "Yo llevo ahí 42 años y lo cuidaba como la niña de mis ojos, porque era la historia de mi familia", recuerda. Antes fue la historia de un café concierto "el café Martín o Méndez Núñez", donde dicen, llegó a haber un intento de crimen pasional. Intrahistorias, retazos que surgen en noches como esta.

Junto a Maite, también sigue los acontecimientos Teresa Malvar. Es la propietaria del estudio de fotografía que albergaba el segundo piso del inmueble siniestrado.  "Estaba en reparación, pero ahí tenía un archivo desde el año 1980 en que abrí. Me quedé sin nada" y mira también hacia las llamas. "Venía de ensayar con el coro y al llegar me llamaron, sobre las nueve menos veinte, avisando que estaba ardiendo Cuplé y ya vine corriendo, pero no me dejaron pasar. Estaba aquello ya sin control. Yo siempre que venía aquí tenía el agua cortada y la luz, nunca dejaba nada encendido porque es todo de madera".

TESTIGOS Y CRÍTICAS DE LOS HECHOS

Los que pasan de los 30 años recordaban en las últimas horas una estampa similar a la de estas últimas horas. De aquella, los viandantes, curiosos, también eran más trasnochadores, era la madrugada del 18 de junio de 1995 y el incendio se produjo en la iglesia de San Francisco. Este uno de febrero, los pontevedreses daban la espalda a ese edificio y móvil en mano -imposible de aquella-, alertaban y grababan lo que sucedía.

"Me empezaron a llegar wasaps diciendo que había fuego en La Herrería. A mí me dijeron que estaba ardiendo el casco viejo". Curiosidad, airados comentarios y enfado, entre los que siguieron el suceso desde los primeros indicios, una pregunta común: a qué se debió la tardanza de los efectivos de bomberos.  

"A las nueve menos veinte me cuadró pasar por allí y se veía humo y se olía a quemado. La Policía llegó prácticamente a esa hora. Sobre menos cuarto, el camión de bomberos venía por el puente. A las nueve me tocó volver a pasar y ya estaba en llamas aquello. La primera manguera no entró en la Herrería hasta pasadas las nueve y veinte, que fueron abucheados y pitados por la gente", explica uno de los testigos del incendio. Quejas similares se escuchan entre otros ciudadanos apostados en La Herrería: "tardaron más de media hora o tres cuartos. En esa hora con el humo que salía no había ningún bombero". 

En otro de los lugares donde también se congregaban los ciudadanos tras el cordón policial, en la plaza de la Peregrina, se comentaba: "yo no sé a qué hora llegaron los bomberos, lo que te puedo decir es que esta ambulancia que está en la Peregrina no pudo llegar antes porque venía para acceder por la Oliva y no pudo por los pivotes que hay a la altura de Correos; así que tuvo que dar la vuelta y entrar por Peregrina".  

Y un último comentario, al que los años darán o no la razón: "Yo vine porque ví fotos que me enviaron al teléfono, y pensé: esta va a ser una fecha que se quedará para la historia de Pontevedra".