Este viernes día 25 de febrero el alumnado de Infantil y Primaria del CEIP de Marcón (Pontevedra) recorrió los caminos de la parroquia vestido de campesino al estilo del Entroido tradicional de esta zona, y que en este colegio intentan rescatar para poner en valor la historia y costumbres del lugar.
"Estamos tentando dende o colexio recuperar unha tradición de antes da Guerra Civil que era o Entroido de Marcón. O Entroido foise localizando nas distintas partes da parroquia, había un na Laxe, en Pintos, na Ermida... Mantivéronse así en auxe ata os anos 70. Despois empezou a decaer, tentaron mantelo ata os 90 pero a partir de aí foi difícil. Logo a Sociedade Antropolóxica Galega intentou recuperalo no 2014 pero non foron quen. E coincidiu que este ano o Concello de Pontevedra está facendo un traballo cos coles 'O teu cole na historia' e a nós nos debuxou Polo Correo do Vento un mural co Entroido tradicional. Entón aos nenos chamoulles moito a atención, preguntaban seguido, e decidimos en vez de traballar os peliqueiros, as madamas e os galáns facelo con noso Entroido", relata la maestra de 1º de Primaria Silvia Puga, quien confiesa su emoción por recuperar este retazo de la historia de Pintos, lugar del que es oriunda.
La importancia de reponer esta fiesta se reflejaba en la ilusión de los escolares pero también en las casas de las gentes de la parroquia de Marcón por las que los pequeños iban haciendo parada para recoger el tradicional regalo que solía ser un alimento, bebida o un poco de dinero. En su lugar, para adaptarse a los tiempos pero también a la situación sanitaria, el claustro del colegio decidió que el "aguinaldo" fuese en forma de alimentos no perecederos que después llevarán al Comedor de San Francisco.
La primera parada fue en la Casa do Outeiro, en el lugar de Pumariño, donde Eugenia Pazos recibía feliz a los niños y aseguraba a PontevedraViva que en sus 66 años viviendo en el lugar, "desde que nacín, toda a vida", nunca había asisitido a este Entroido. Acompañada por dos amigas que tienen hijos escolarizados en el CEIP de Marcón esperaba la llegada de la comitiva. De este modo, Eugenia, su sobrina Yolanda y Leonor, amiga de su hija, cumplían el ritual y hacían entrega de un paquete de azúcar, galletas, arroz, cola-cao y leche para el comedor benéfico.
La implicación de los vecinos comenzó a la vuelta de las vacaciones navideñas. Durante dos semanas, dos hermanos originarios de Pintos y que ya pasan de los 70 años, Fina y Sesito (José) de la Casa da Aldana, se acercaron hasta el CEIP de Marcón para explicarles a los escolares todos los detalles que recordaban de la tradición, de los tiempos en los que su padre construía con pajas el muñeco. Así fue cómo les descubrieron quién era Entroido, el nombre del personaje protagonista, "que está feito a partir dunha gaia de madeira, unha estaca á que se lle engaden as dúas pernas, vana revestindo con palla de centeo e despois o visten todo elegante con roupa dos labregos, pantalón branco, camisa branca, varios fulares, adornos, e un brazo metido no peto e outro estirado", señala la maestra Silvia Puga.
La tradición marca que Entroido baile en medio de la Compañía, que es como se le llama a la comitiva, que hace sonar los sonajeros con los que van adornados y unas castañuelas, que en esta ocasión los escolares de Marcón crearon con materiales de reciclaje. Los cánticos son variados, siempre a partir de la entrada "Que viva". Continúa la melodía con vivas al Entroido, a la Compañía y a la Casa en la que se va haciendo parada.
En la jornada, los escolares se dividieron en dos grupos. Uno con el alumnado de mayor edad (6º de Primaria) que recorrió la zona concreta del Entroido tradicional, en el lugar de Pintos. Y otro con el alumnado de cursos inferiores que caminó por los alrededores del centro educativo por los lugares de Pazos, A Valadiña, Pumariño y Valadares. Todos se encontraron hacia el mediodía en el Campo da Festa de Marcón para disfrutar de una merienda en grupos burbuja.