Con la Feira Franca ya a la vuelta de la esquina, pontevedreses y visitantes apuran las horas para preparar las indumentarias con las que regresarán a 1467. Este año, a la vista de los preparativos que se están haciendo, los asistentes optarán por vestirse de guerreras, de campesinos o de mesoneras y taberneros, muy pocos se vestirán como si perteneciesen a las clases adineradas del siglo XV.
Como cada año en esta época, han surgido nuevos negocios asociados al multitudinario evento y tiendas dedicadas a vender y alquilar trajes para utilizar durante este fin de semana, pero también los comercios de la ciudad han adaptado su actividad a las demandas de la clientela. Unos y otros tienen una actividad frenética estos días, pendientes de la entrega de encargos y del "apurón final" de aquellos que suelen dejar las compras para el último día.
En la tienda de telas Tegal, de la Plaza de Barcelos, llevan desde principios de junio vendiendo material a personas que confeccionan sus trajes a mano o confían en modistas, pero, aún así, esta semana todavía están teniendo mucha clientela y durante los días previos suelen acudir al comercio personas que organizan comidas particulares para equiparse de telas para manteles, toldos o servilletas. "En los últimos días, vendemos mucho saco", señalan.
Últimamente ya notan que los asistentes habituales a la Feira Franca ya no acuden para comprar telas para volver a hacer sus trajes completos porque "la gente ya tiene mucho", pero sí compran materiales para confeccionar complementos "para cambiar, para no ir siempre igual". Además, hay quienes se encuentran con cambios de tallas o piezas desgastadas y sí renuevan alguna parte.
Una impresión similar la tienen en la tienda Yutecrea, instalada en la Plaza de la Peregrina. Son fabricantes y vendedores de trajes asentados en Lugo, pero llevan desde 2017 montando una tienda de venta de trajes en distintos locales de la ciudad y durante todo el año acuden a eventos similares en lugares de toda España, como Mérida o León, por ejemplo.
"Este año vienen más por complementos", explican, "hay gente que busca el look completo, pero este año más de complementos, un chaleco, un pantalón, una diadema...".
Lo han notado también en la Mercería Jota de la calle Oliva, que desde el primer año de la Feira Franca se dedican a confeccionar trajes a medida y vender otros ya confeccionados. "Lo que más estamos vendiendo son complementos (...) La gente aprovecha mucho" trajes de otros años y cambian alguna pieza para variar.
Sin embargo, en la tienda Mititas de los Soportais da Ferrería, dedicada a venta y alquiler de trajes, detecta la tendencia contraria. Entre sus clientes, son mayoría los que alquilan la ropa, pero, entre los que compran, "coge el traje entero".
La tendencia entre los que compran o alquilan es por apostar cada vez por propuestas más sencillas. "Compran mucho de guerreros y de campesinos; lo que más, campesinos", explican desde Mititas, que lleva seis años abriendo el negocio durante un mes en distintos locales de Pontevedra.
En Tegal coinciden en que la clientela va a buscar "lo básico", faldas, fajines, pantalones y chalecos y que todos optan por telas básicas usadas en trajes de las clases bajas. "Este año, ricos, pocos", señalan, en alusión a que prácticamente no han vencido terciopelo o telas nobles. "Buscan cosas más baratas", señalan.
También en Yutecrea han detectado que la clientela de este año "busca más guerreras y guerreros", un traje que "lleva fuerte el año pasado y este", aunque nunca falta "la mesonera de siempre".
En la Mercería Jota confirman que se busca "lo básico", la chilaba para chicos y falda con faja o chaleco para chica.
En lo que no escatima la clientela es en los trajes de niños. En todos estos negocios constatan año tras año que es un tipo de traje que nunca deja de venderse, pues los más pequeños crecen y resulta complicado aprovechar de un año para otro. En Jota, además, señalan que es habitual que haya familias que encarguen los trajes para todos, padres e hijos, iguales o combinados.
En Mititas constatan que este año hay "mucha gente", en cantidades similares a las de ediciones anteriores, pero "más a última hora". En Jota saben, fruto de la experiencia, que "la última semana es la más agotadora" y este año está sucediendo lo mismo. En Tegal redondean: "ahora estamos con el último tirón".