Corría el año 1990 cuando un grupo de personas de la asociación cultural 'Trompos ós Pes' de Marín decidió añadir una nueva actividad a su programación: participar en el Entroido. Aquel año lograron reunir a 30 personas, capitaneadas por Mari, Teresa y José Luis 'Joni', se vistieron al más puro estilo rumbero y se echaron a las calles. Poco podrían imaginar que aquello sería el germen de tres décadas de desfiles bajo el nombre Os Paparrulos de Marín y que este febrero llegarían a su 30 aniversario con más energías que nunca.
PontevedraViva les acompañó esta semana en el contrarreloj de los días previos al Entroido. En la casa de una de las familias fundadoras, más de una docena de personas se atarean estos últimos días en los retoques finales de unos trajes y una carroza con la que esperan causar sensación. Bajo el nombre 'El Reino del Hielo' ofrecerán un espectáculo de ritmo, bailes y vestuario sin precedentes en su organización. Para su 30 aniversario, tirarán la casa por la ventana.
Este viernes será su estreno con su participación en el pregón del Entroido de Pontevedra, pero durante los próximos días estarán en los desfiles de toda la comarca, incluidos Pontevedra, Monte Porreiro, Marín, Campo Lameiro, Sanxenxo, A Lama, Arcade, Redondela, Campelo y, como colofón, el de casa, San Xulián de Marín. Aunque el cierre de fiesta será, como cada año, una gran fiesta privada con cena y DJ.
Porque si dos características han marcado las tres décadas de historia de los Paparrulos de Marín han sido que, por encima de todo le gusta la fiesta y que se ha generado entre todos ellos una relación casi familiar. El número final de integrantes varía cada Carnaval y este año ha quedado en 64, pero la media es siempre similar desde hace años, muchos miembros participan con todo el núcleo familiar y, sobre todo, se han generado ya grandes relaciones de amistad porque el 'núcleo duro' es el mismo desde hace años.
José Luis Lago, Junior, por ejemplo, lo ha vivido desde hace años. Su padre, José Luis Lago González, Joni, estuvo desde el principio, y ahora también están su mujer, sus hijos, sus sobrinos... Nietos todavía no tiene, pero se unirán seguro. Joni es el mayor de los miembros de la comparsa, de 78 años, y los más jóvenes son Vega, Claudia y Daniel, de dos años y medio y cuatro años. El abanico de edad es muy grande y en los Paparrulos coincidirán este año hasta cuatro generaciones de una de las familias fundadoras.
La evolución es muy evidente desde el principio y se nota sobre todo en los trajes. Mantienen el espíritu de que la tela sea de buena calidad y de que prime la comodidad, pero cada vez están más elaborados, con composiciones que cosen cada año Sebi, Gena y Teresa. La comodidad es lo fundamental y siempre intentan que las estructuras que llevan sobre el traje sean manejables y no sobrepasen los tres o cinco kilos.
Hay comparsas que utilizan trajes que superan los 20 kilos y bailar con ellos media hora puede resultar sencillo, pero un desfile como los que suelen hacer Os Paparrulos, en los que se pasan varias horas bailando sin parar, sería imposible de aguantar con ese peso sin hacerse daño o acabar destrozados. Y acabar tan cansados que no disfruten el momento no es, para ellos, una opción. Sí buscan que sea muy visual y tienen una estructura de más de dos metros de ancho a la espalda de las mujeres y una reina con 3,40 metros de alto y 3 metros de diámetro, pero siempre con esa premisa de poco peso.
La diversión, insisten, es la clave. Saben que si ellos están cómodos y disfrutan, lo trasladarán al público. En esta comparsa no hay nadie que no haya vivido el amor al Entroido desde la cuna o desde hace, al menos 30 años, y no hay nadie que no colabore. Irene, de tercera generación de 'paparrulos', por ejemplo, fue la encargada de la coreografía, pero para hacerla ha tenido el apoyo de todos y, de hecho, según explica, desde la idea inicial hasta la que este año representarán en los desfiles ha habido una variación radical.
Quiénes les vean este año se sorprenderán, según asegura, con los ritmos y con la apuesta por un número que, en realidad, es un espectáculo. Ya lo fue el año pasado, cuando dieron un salto en esa dirección, pero este 2020 es ya un paso más. No conviene adelantar detalles porque la sorpresa es fundamental, pero hay dos novedades muy visuales que, a tan sólo unas horas del inicio del Entroido, no les importa revelar: tendrán incluso a una persona dando volteretas en medio del número y tendrán la figura de una reina, la reina del hielo. Lo demás, mejor esperar a verlo en directo, porque impresionará.
Detrás de ese gran espectáculo hay mucho trabajo. Nada más terminar el Entroido 2019 ya empezaron a pensar en el de este año, en verano empezaron a darle vueltas a la idea y, una vez decidido que se inspirarán en una película, El cazador y la reina del hielo, en septiembre ya empezaron con la elaboración de los trajes y los ensayos de la coreografía. Desde entonces, no han fallado un sábado en casi seis meses y, en las últimas semanas, también se han juntado los martes y, aquellos con una coreografía más complicada, incluso otro día más a la semana.
Este año cada detalle está cuidado al máximo para celebrar las tres décadas. Incluso han comprado nuevos instrumentos brasileños y el ritmo, que idearon Carlos y José Luis, es tan elaborado que incluso llevan partitura. Además, lo tienen todo pensado para que, además de dar el espectáculo desfilando, haya interacción con el público. El objetivo, disfrutar al máximo. Cada año se gastan de media unos 10.000 euros y hay que aprovechar al máximo cada minuto y cada euro invertido para que sus 30 años sean inolvidables.