Dos han sido los principales anuncios de la reunión que han mantenido el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores. Están relacionados con dos demandas del Concello, la variante de Alba y el polígono do Campiño.
Tras más de dos horas de encuentro, que se ha celebrado este lunes en la delegación de la Xunta de Galicia en Campolongo, ambos dirigentes han acordado retomar el proyecto de la variante de Alba y "darlle unha volta", según ha explicado el regidor pontevedrés.
Técnicos del Concello y de la Xunta trabajarán juntos para analizar la viabilidad del proyecto presentado en su día por la administración municipal, partiendo de un trazado propuesto por el gobierno gallego. "Para min é algo positivo porque non se pecha ese tema", ha afirmado Lores.
Rueda, por su parte, ha señalado que la Xunta "nunca se pechou" a ejecutar esta variante, pero ha recordado que lo que han pedido que sea "viable en todos os sentidos, razoable e que teña un consenso xeralizado", asumiendo que dejar contentos a todos los afectados "non é posible".
Con respecto a la ampliación del polígono de O Campiño, en donde apenas quedan parcelas libres, la Xunta comenzará a tramitar el desarrollo del plan sectorial que permitirá ampliarlo hacia Marcón, lo que permitiría contar con esos terrenos en un plazo de cuatro o cinco años.
"Paréceme unha proposta razoable", ha subrayado Rueda, ya que "é previsible" que en el periodo de tiempo que llevará toda la tramitación administrativa y la urbanización de la nueva fase del polígono se completen las parcelas disponibles actualmente.
Durante esta reunión, que ambas partes han calificado como "agradable" y en la que ambos han sido "receptivos", también se ha abordado la regeneración de la Xunqueira de Alba, con la salida de las dependencias que la Xunta de Galicia aún tiene en ese espacio natural.
Así, con el traslado de los talleres de Medio Rural a Lalín solo quedaría por retirar el parque de maquinaria de la Consellería de Infraestruturas, que el gobierno gallego estudia llevarlo a una parcela del polígono de Barro que les ofrecería la Deputación de Pontevedra.
La Xunta ha propuesto al Concello asumir el coste del desmantelamiento, la regeneración de los terrenos y la construcción de la nueva nave, a cambio de que la administración municipal asuma la titularidad de tres carreteras de titularidad autonómica.
Así, pasarían a manos del Concello la PO-546, entre Rosalía de Castro y el puerto de Marín, tras la reforma integral que impulsa la Xunta; la PO-223, entre Médico Ballina y el monasterio de Lérez; y la PO-532, entre el cementerio de San Mauro y la rotonda de acceso a Montecelo.
Además, sobre el dragado del Lérez, Rueda ha explicado que la Xunta está pendiente de la respuesta de Costas a su propuesta para depositar los lodos que extraigan de la ría de Pontevedra en las inmediaciones de la isla de Sálvora.
Si Costas accede, el gobierno gallego estaría en condiciones de licitar y ejecutar esta actuación -que costaría 6 millones- en el plazo de un año pero, en caso contrario, habría que buscar un nuevo punto de depósito más alejado, lo que obligaría a retomar la tramitación administrativa y encarecería el proyecto.
El presidente de la Xunta también ha trasladado a Fernández Lores su compromiso para participar en la reforma de Santa Clara, en cuanto la Deputación les presente un proyecto; o a colaborar en el impulso a los nuevos pabellones en Monte Porreiro y A Parda.
Entre los temas abordados en esta reunión han estado también la construcción de vivienda pública, 76 viviendas que la Xunta impulsa en Valdecorvos por 10,4 millones; el estado de tramitación del concurso de ideas del Pazo de Lourizán o la transferencia de la UAD.
Sobre este último aspecto, el alcalde ha detallado que la intención de la Xunta es ir sustituyendo con personal del Sergas a los trabajadores municipales que se vayan jubilando y, llegado el momento, trasladar esta unidad a dependencias del complejo hospitalario.