La ONG ambiental Ecologistas en Acción ha organizado este martes en Madrid una jornada que analizó ejemplos de éxito en materia de zonas de bajas emisiones contra la contaminación y la emergencia climática. Una de las experiencias que se analizaron fue la de Pontevedra.
El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, que intervino en la jornada tras los representantes de Milán y Londres, defendió apostar por "ciudades para las personas" como medida efectiva para reducir las emisiones contaminantes en el planeta y ganar en calidad de vida.
Fernández Lores aseguró que, aunque todas las ciudades son diferentes, "es en las ciudades donde vive la gente mayoritariamente y es necesario mejorar la calidad de vida" y que las urbes más grandes "tienen la obligación de tomar medidas porque la gente no respira".
En una jornada en la que todas las ponencias estuvieron centrados en medidas y estrategias para reducir el tráfico y el número de coches en circulación, el alcalde de Pontevedra ha vuelto a defender enérgicamente "la valentía política" para cambiar el paradigma.
"No hay excusas para que desde los gobiernos municipales no se tomen decisiones que favorezcan la calidad de vida en las ciudades, y lo que me extraña es que no se esté haciendo porque está demostrado que sólo da buenos resultados: para los vecinos, para el medio ambiente e incluso electoralmente", afirmó el rexedor.
Antes de la intervención de Fernández Lores, intervino el investigador del CSIC, Xavier Querol, quien defendió que no es suficiente con hacer peatonales algunas calles sino que es necesario reducir el número de vehículos motorizados y, en este sentido, aseguró que las zonas de bajas emisiones deben ser lo más amplias posibles y "lo más parecido a una ciudad entera".
En la sesión de tarde, tras un análisis de la efectividad de Madrid Central en cuanto a la reducción de gases contaminantes, la jornada rematará con un debate en el que participarán responsables de los gobiernos municipales de Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid, y Pontevedra.
La jornada contó con 100 personas inscritas, entre las que estaban personas con responsabilidades políticas municipales, técnicos y profesionales en materias relacionadas con la movilidad sostenible y calidad del aire, activistas y personas del ámbito académico