La quinta ola de la pandemia no se detiene y ha llevado al municipio de Pontevedra a batir su máximo histórico de casos activos. Hay 635 infectados de covid-19 en la ciudad, 28 más que ayer. Se han superado los 616 casos que había el 5 de febrero, en plena resaca navideña.
Este aumento de la incidencia ha llevado a las autoridades sanitarias a elevar las restricciones en Pontevedra y situar al municipio en el nivel alto.
Para el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, lo que resulta "claro" de esta quinta ola es que "é diferente" a las anteriores, ya que el avanzado proceso de vacunación ha permitido que se reduzcan los ingresos hospitalarios y que la gravedad de los casos "non sexa como antes".
Por ello, Fernández Lores defiende que "había que cambiar os criterios" y no seguir aplicando modelos anteriores. De ahí que haya celebrado que las nuevas restricciones supongan una "saída intermedia" para "non seguir botando a culpa sempre aos mesmos sectores".
El regidor ha reiterado que, en base a los datos de Sanidade, los contagios se están produciendo en reuniones privadas o familiares, en donde apenas hay medidas de seguridad, y que en la hostelería "non os hai", por lo que celebra que no limiten más su actividad actual.
Además, ha añadido que "me parece ben" que se restrinjan las salidas nocturnas entre las 01:00 y las 06:00 horas de la madrugada, al entender que limitará las reuniones de "grupos grandes" o la celebración de botellones en espacios públicos o domicilios.
En todo caso, el alcalde ha asegurado que respeta las decisiones de las autoridades sanitarias, pero sí ha señalado que le "sorprende" el "impasse" de esta semana cuando la incidencia ya se estaba disparando y ha recordado que la pandemia "aínda non rematou".
"Meteron a pata", ha afirmado, aplicando diferentes criterios para concellos en la misma situación epidemiológica, como denunciaron numerosos alcaldes de O Salnés.