Localizan a dos furtivos con 21 kilos de almeja viva en el maletero

Pontevedra
29 de marzo 2019

La Policía Local de Pontevedra ha denunciado ante la Consellería do Mar de la Xunta de Galicia a dos furtivos que llevaban en el coche un saco de red plástica con almejas vivas, 13 sacos más vacíos, ropa mojada y un capacho. El marisco fue devuelto al mar y los dos denunciados se enfrentan a una sanción de hasta 30.000 euros 

Marisco localizado a los furtivos Policía Local de Pontevedra

La Policía Local de Pontevedra ha denunciado ante la Consellería do Mar de la Xunta de Galicia a dos furtivos localizados cuando transportaban 21,76 kilos de almeja viva en el maletero de un coche. 

La intervención se produjo la pasada semana, sobre las 22.45 horas del miércoles 20 de marzo. La central del tráfico de la Policía Local detectó que había un vehículo que llevaba más de 45 minutos estacionado en la praza das Regas de Valdecorvos con gente en el interior, de modo que se pidió la presencia policial en el lugar. 

Dos patrullas se dirigieron al lugar y procedieron a identificar a los dos ocupantes, que les indicaron que estaban esperando a una tercera persona. No convencidos con las explicaciones, los policías realizaron una revisión en el maletero del vehículo y localizaron un saco de red plástica con almejas vivas, así como 13 sacos más vacíos, ropa mojada y un capacho.

Los policías preguntaron a los dos ocupantes del vehículo sobre el origen del marisco y les explicaron que eran marineros y que pensaban comer esas almejas, que finalmente resultaron ser 21,76 kilos, de los cuatro kilos no llegaban a la talla reglamentaria. 

Los ocupantes del vehículo no pudieron acreditar ningún tipo de licencia para el marisqueo ni documentación que acreditase la titularidad del marisco, de modo que la Policía Local procedió a denunciarles ante las autoridades autonómicas. Ahora se enfrentan a multas que pueden alcanzar los 30.000 euros. 

En cuanto al marisco, según la información facilitada por la Policía Local, lo entregaron a la cofradía de San Telmo de Pontevedra para que lo devolviese al mar, pues todavía estaba vivo. Los guardapescas de la cofradía emitieron un certificado acreditando que al día siguiente por la mañana había sido devuelto a su medio natural.