Las otras 'primeras veces' de la pandemia: la pontevedresa Iris Estévez, 'cum laude' en la primera tesis por videoconferencia de su universidad

Pontevedra
11 de mayo 2020

Esta joven de Ponte Sampaio de 27 años defendió su tesis el 29 de abril desde el salón de su casa, utilizando un sistema habilitado para la ocasión, y relata que "los nervios fueron los mismos que si fuera presencial", por este momento crucial en su vida profesional y porque le sumó la tensión asociada a la alerta sanitaria  

Iris Estévez el día de la defensa de su tesis
Iris Estévez el día de la defensa de su tesis / Iris Estévez

Desde el salón de su casa, sin apoyo presencial y con la incertidumbre doble de enfrentarse por primera vez a un trámite crucial en su carrera profesional y de hacerlo en un escenario novedoso sin experiencias previas. La pontevedresa Iris Estévez Blanco defendió su tesis doctoral el pasado 29 de abril y, debido a las restricciones de la pandemia del coronavirus, no pudo hacerlo de forma presencial, sino a través de videoconferencia utilizando un sistema habilitado a propósito para la ocasión. La situación era completamente desconocida tanto para ella como para el resto de su centro de enseñanza, la Universidad de A Coruña (UDC), de modo que ese momento pasará a formar parte de su historia personal y de la vida académica de su universidad. El resultado final, también, pues logró una nota cum laude por unanimidad.  

A sus 27 años, este joven de la parroquia de Ponte Sampaio tiene ya en su haber la primera tesis defendida por videoconferencia en la UDC y el reconocimiento al trabajo que ha dedicado los últimos cinco años de su carrera. Tras estudiar el grado de Educación Infantil en el campus de Pontevedra de la Universidad de Vigo, cursó el Máster en Psicología Aplicada en Contextos Educativos en la UDC y se instaló en A Coruña para empezar su doctorado y su carrera profesional, vinculada a un proyecto de investigación y a la docencia en esta universidad. 

El eje de ese trabajo investigador está estos días, en plena pandemia, más de actualidad que nunca, pues su tesis se titula 'Análisis del desarrollo profesional del docente universitario de ciencias de la salud a través de las ecologías de aprendizaje' y aborda, entre otras cuestiones, según explica su autora, "cómo el docente universitario aprende a serlo en la era digital", los mecanismos o estrategias de formación que utiliza en plena sociedad del conocimiento y información. 

Durante la defensa de la tesis, una de las conclusiones de su estudio que más llamó la atención fue que "los resultados evidenciaron que había un uso muy básico por parte de los docentes universitarios de las tecnologías digitales, un uso meramente instrumental, sin reparar en los aspectos pedagógicos que tienen los recursos digitales".

Durante el acto de defensa se generó un hilo de conversación que esta investigadora ve "muy interesante" cuando uno miembro del tribunal le preguntó por la conexión entre ese resultado de la tesis y la situación actual porque "realmente los profesores universitarios se vieron a bocados a introducir de una forma muy abrupta el trabajo telemático y la teledocencia". De esta forma, en la defensa de la primera tesis por videoconferencia de su universidad justamente se abordó ese uso de los recursos digitales y su aplicación en el ámbito de la educación superior que durante las últimas semanas ha sido el centro del debate educativo. 

La tesis de Iris se convirtió en la primera leída por videoconferencia en la UDC porque todos los procesos académicos previos a la defensa ya se habían iniciado antes de la pandemia y ya se había establecido una fecha para la lectura. Había una posibilidad de aplazarla, pero, para que pudiese seguir adelante con su contrato de docente, tenía que leerla antes del 29 de abril, de modo que sus directores de tesis expusieron la situación al Rectorado de la Universidad y logró su implicación para hacerlo posible. Así, se aprobó una instrucción específica para autorizar las defensas telemáticas y se habilitó el sistema necesario para hacerlo. 

La preparación conllevó "un proceso enorme" para "trasladar al mundo virtual el proceso rígido que supone la defensa de una tesis". Se utilizó la plataforma 'Teams', la usada habitualmente en su universidad, y se habilitaron dos salas virtuales, una para ella como doctoranda, sus directores, sus colegas que quisieron asistir y el tribunal y la otra solo para el tribunal, en la que pudieron deliberar la nota. Además, fue necesario generar estrategias adaptadas para la emisión del voto cum laude, que debe ser secreto.

"El mérito lo tienen la Universidad, los técnicos y la Escuela de Doctorado", asegura Iris, que agradece que "se volcaron en la causa". Además, da las gracias a los miembros del tribunal internacional, pues "se salvaguardó la solemnidad, el rigor y el protocolo" que suelen tener estos actos. Tras haber asistido a las defensas de varios colegios, había soñado con ese momento solemne en su vida profesional y, pese a la situación novedosa, pudo disfrutar del momento. 

El 29 de abril fue el día elegido y, pese a que no se movió del salón de su casa, "los nervios fueron los mismos que si fuera presencial". Acusó la ausencia a su lado de los directores de su tesis, que le habrían dado apoyo moral y, de esta forma, tuvo que conformarse con su acompañamiento a distancia y, además, dado que no pudo acudir a su facultad durante los días previos, la preparación fue mucho más laboriosa. Además, tuvo que compatibilizarlo con su actividad como docente a distancia con su alumnado de la facultad de Ciencias de la Educación.

En relación con la preparación, requirió "un ejercicio intenso de autoregulación emocional y motivacional", pues a los nervios propios de la defensa de una tesis tuvo que sumarle la tensión ya asociada a la situación de alerta sanitaria actual. "En mi cabeza estaba dar cuenta de una defensa de tesis buena para demostrar todo el trabajo de cinco años, pero también intentar afrontar la situación de miedo de que miembros de tu familia se pongan enfermos o tus seres queridos se puedan contagiar por la Covid-19", explica. En definitiva, "fue todo un reto afrontar todo esto en esta situación".

Esta lectura por videoconferencia tuvo, como aspecto positivo, el tribunal suele demorarse un par de días en comunicar al doctorando si ha obtenido 'cum laude', pero, con este nuevo sistema, ella lo supo ya en la misma jornada. Además, el tribunal de la tesis de Iris fue internacional, con un miembro de la Universidad de Minho, en Portugal, y otros dos de Granada y Oviedo y la presencia de la representación lusa se facilitó al ser a distancia. Asimismo, pudo asistir el mentor que tuvo esta joven pontevedresa durante su estancia de formación en Estados Unidos, que, en caso de ser presencial, no podría estar y, de esta forma, incluso intervino.