Con las últimas luces del día quedaba este lunes apagado un incendio forestal en el lugar de Tilve, en la parroquia de Cerponzóns.
En un principio se temió por la seguridad de un grupo de casas, amenazadas por la proximidad de las llamas, pero el viento alejó el fuego hacia el monte.
Curiosamente éste no fue el único golpe de suerte que se vivió en este suceso. En este mismo lugar se registró otro incendio el pasado 16 de agosto, y la superficie ya quemada actuó como un cortafuego ayudando a las brigadas de la Xunta y los efectivos del parque de Bomberos de Pontevedra, en su lucha para controlar el fuego.
Según informó el concejal responsable del rural, Demetrio Gómez, "ainda que o lume quedou controlado, durante a noite quedará no lugar un retén de garda para evitar que algún refacho de vento prensa de novo as lapas".
El viento también hizo que el olor del incendio fuera muy perceptible en la ciudad de Pontevedra donde en algunos barrios cayó ceniza procedente del monte.