Las cofradías del fondo de la ría de Pontevedra, Lourizán, San Telmo y Raxó, aguardan conocer los resultados del proyecto experimental de dragado autónomo impulsado por un consorcio del que forman parte las empresas: Centro de Investigaciones Submarinas S.L. (CIS), Subsea Mechatronics, Nodosa y Nodosafer.
Las pruebas arrancaron el pasado mes de mayo frente al Puerto de Marín. El proyecto, denominado E-Corydora, cuenta con el apoyo técnico de la fundación Cetmar y de dos grupos científicos de la Universidad de Vigo. La idea es desarrollar un equipo eficiente que minimice los costes y los tiempos de operación, y que además sea ecológicamente respetuoso reduciendo el impacto ambiental.
Para ello emplean un robot monitorizado con cámaras de video, es decir, un equipo submarino de dragado autónomo (ESDA) alimentado desde una pontona y que cuenta con capacidad de desplazamiento sumergido por el fondo y capacidad de dragado por aspiración de materiales del lecho.
El proyecto incluye una monoboya de vertido en mar abierto para aguas profundas que se instalará en la zona destinada al depósito de los materiales de dragado y que permite el vaciado de los materiales de dragado conducidos mediante una tubería hasta las proximidades del lecho, de manera que el vertido se haga en modo ecológico y minimizando el impacto ambiental.
Finalmente el equipo se completa con un gánguil pasivo de transporte (GPT) que recoge los materiales de dragado en la proximidad de la pontona y los transporta por medios auxiliares (remolcador o similar) al punto de vaciado.
El programa E-Corydora se desarrolla de manera independiente al proyecto de dragado del Lérez que tiene desde hace años sobre su mesa Portos de Galicia.