El río Gafos vuelve a lucir, una vez más, un turbio color marrón a su paso por el centro de Pontevedra. Peatones que paseaban esta mañana de viernes por el paseo fluvial alertaron a PontevedraViva del intenso color marrón de sus aguas y olor a aguas fecales.
A los integrantes del colectivo ecologista Vaipolorío ya no les sorprenden estos sucesos y tienen identificada la fuente contaminante. "Vienen de las obras de la A-57", explican desde la asociación el origen de un problema del que ya han advertido en numerosas ocasiones a las administraciones competentes sin que se encuentre una solución.
Cada vez que llueve con fuerza, las lluvias arrastran tierra y arena desde el monte de A Fracha, donde se está construyendo la autovía que acaba tiñendo de marrón todo el cauce del río hasta su desembocadura. Por fortuna, estos vertidos no provocan muerte en la fauna fluvial, pero estos aportes antinaturales de tierra y arena sí que están alterando la sedimentación en la desembocadura del río.
Desde el colectivo ecologista denuncian que la empresa constructora no cuenta con las barreras anticontaminación necesarias para evitar estos vertidos y exigen a las autoridades responsables que visiten la obra y realicen las inspecciones necesarias para atajar el problema de una vez por todas.
"Sempre que chove danse uns arrastres tremendos", denuncian. Voluntarios del colectivo realizan un seguimiento diario de estas incidencias y detectaron que los vertidos comienzan a la altura de las localidades de Figueirido y Bértola, justo a la altura del monte de A Fracha.
Por otro lado, la alerta de hace unos días por el bajo nivel del río ha quedado ya desactivada con las lluvias de los últimos días, que han provocado un notable aumento del caudal.