La parroquia de Tourón, en Ponte Caldelas, cuna de centenarias

Ponte Caldelas
15 de enero 2017

El alcalde acude a felicitar el aniversario de una mujer de 104 años y fue informado de que otra vecina ya cumplió los 108

Sara Maquieira Garrido celebrando su aniversario Concello de Ponte Caldelas

Los vecinos de Tourón, en Ponte Caldelas, le echan la "culpa" al agua de la longevidad que se da en estos parajes.

El alcalde, Andrés Díaz, acudió estos días a felicitar el aniversario a Sara Maquieira Garrido, quien el pasado 2 de enero cumplió 104 años. La visita se produjo a raíz de la llamada de un vecino que alertó al Concello de que en Tourón hay no una, sino dos centenarias.

El vecino transmitió esta información después de leer en la prensa la noticia de la reciente visita a la casa de la que, se presumía, era la abuela de Ponte Caldelas: Cecilia Martínez, residente en Mirón, y que acaba de llegar a los 103 años.

Andrés Díaz quedó asombrado delante de estas revelaciones, pues en la información que obraba en el Concello cuando tomó posesión del cargo en junio de 2015 no figuraban estas dos mujeres, que nunca habían sido objeto de visita alguna del alcalde. "Anteriormente sólo se acudía a la casa de Cecilia y nosotros nos limitamos a continuar esa tradición", explicó, "por lo que estamos encantados y muy sorprendidos".

El alcalde fue muy bien recibido en casa de Sara Maquieira, a quien entregó un ramo de flores. Sara explicó que aunque su DNI refleja el 2 de enero como la fecha de nacimiento, en realidad vino al mundo una semana antes, toda vez que los trámites de inscripción registral tardaban varios días en hacerse. Sara, que está completamente lúcida, relató que tuvo un hijo que falleció hace ya años. Su familia estaba compuesta por seis hermanos y todos emigraron, excepto ella.

Hasta hace bien poco vivía sola y ya desde hace algunos años está cuidada por una familiar. Aunque pasa mucho rato sentada aún es capaz de desplazarse con la ayuda de un andador. La anciana comentó recuerdos de la Guerra Civil y relató que en su juventud fue pandereteira, hábito que conserva y, que de hecho, lo demostró en presencia del alcalde dedicándole una pieza popular.

Después de una grata conversación emplazó a Andrés Díaz a volver el año próximo y a visitar también a su vecina y amiga también centenaria, que, según dijo, es aún mayor. El alcalde quedó en hacer las consultas pertinentes para dejar clara definitivamente la identidad de la abuela de Ponte Caldelas.