"El 1 de noviembre ya inauguramos la Navidad", presume Guillermo Taboada, propietario del restaurante Casa Verdún de la calle Real de Pontevedra. Hace ya "ocho o diez años", no puede concretar cuántos, que decora su negocio por todo lo alto cada Navidad y, ya antes de que empiece diciembre, da vida al tramo final de esta calle del casco histórico, pero este año se ha superado a sí mismo. Tanto por la fecha de inauguración, el 1 de noviembre, como por todos los elementos que incorpora.
Ya el año pasado causó sensación la presencia del Grinch en Pontevedra. En uno de los ventanales del primer piso del local asomaba el duende verde más famoso de la Navidad, ese personaje de ficción creado por el Dr. Seuss en 1957, '¡Cómo El Grinch robó la Navidad!', que en las últimas décadas ha salido en todo tipo de películas y producciones audiovisuales.
Este 2022 repite y puede verse también desde una ventana, pero son novedad los personajes que asoman en las otras dos ventanas de la fachada del primer piso. Jack Skeleton, el extravagante y poético protagonista de la película 'Pesadilla antes de Navidad', de Tim Burton, uno de los personajes que más representan a este director, con su boca cosida y su elegante vestimenta.
A su lado, justo entre el personaje de Tim Burton y El Grinch, está Gizmo, el adorable mogwai de pelaje marrón y blanco que protagoniza la famosa película navideña Gremlins. Es la nota más amable de la fachada, pues se trata del Gremlin bueno.
Desde hace años, un elemento ya fijo en su decoración es un Belén de Playmobil, pero que sea habitual no significa que sea repetitivo, sino que cada año cambia el montaje. Este 2022 tiene alrededor de 200 piezas y está distribuido entre el escaparate del local y la parte posterior.
Las figuritas representan distintas escenas del Nacimiento de Cristo en Belén, pero no faltan tampoco elementos pontevedreses como la propia recreación de Casa Verdún, la Laponia en la que Papa Noel prepara la Navidad o una recreación de Zapatones, el peregrino más famoso del Camino de Santiago.
Un gran Cascanueces, un escaparate con un telón que representa un escenario en el que una botella brinda por la Navidad y un sinfín de guirnaldas y bolas completan la decoración, que no deja indiferente a nadie que pase ante su establecimiento.
Guillermo Taboada explica que este furor navideño le viene de su familia, pues "somos muy navideños en casa", y, además, hace ya años que descubrió que "nos viene bien, porque nos ayuda a la venta".
Así, cada Navidad, y este año ya desde hace semanas, es habitual que haya curiosos que se acerquen a propósito a ver su decoración, que el año pasado incluso ganó el concurso de escaparates de Navidad del Concello de Pontevedra. "Algunos entran y otros no", pero la atención la llama y le hace ganar y afianzar clientela.
Taboada quiere mantenerse ajeno a la actual polémica surgida en Pontevedra por el retraso de la iluminación de Navidad del Concello hasta el 16 de diciembre. "Nosotros ahí no entramos", descarta posicionarse, pero sí tiene claro que, en su caso, le ayuda.
"Mogollón de gente viene a hacerse fotos", reconoce, y es habitual que se convierta en un photocall recurrente para las fotos navideñas de muchos pontevedreses y visitantes. Este año incluso desde el día que se celebraba Halloween o el Samaín.