La madre de las niñas de Moraña inicia una campaña para que su asesino cumpla toda la condena

Umia
13 de julio 2017

Rocío Viéitez, madre de las dos niñas asesinadas en Moraña, ha iniciado una campaña en redes sociales para exigir que el autor del parricidio, David Oubel, no salga de prisión antes de tiempo y cumpla íntegra su condena de prisión permanente

David Oubel, el parricida de Moraña
David Oubel, el parricida de Moraña / Mónica Patxot

Rocío Viéitez, madre de las dos niñas asesinadas en Moraña, ha iniciado una campaña en redes sociales para exigir que el autor del parricidio, David Oubel, no salga de prisión antes de tiempo y cumpla íntegra su condena de prisión permanente.

A través de una página que ha abierto en Facebook, la mujer anuncia que promoverá una recogida de firmas para que los grupos políticos que han manifestado su intención de derogar la prisión permanente revisable, pena impuesta al parricida de Moraña, no la anulen.

La prisión permanente del parricida no se revisará, en todo caso, antes de los 25 años. Pero si se acuerda su derogación, David Oubel podría pasar al sistema general, por lo que podría llegar a salir de prisión mucho antes, a los doce años según apuntan fuentes jurídicas.

"El asesino de Candela y Amaia condenado a esta pena debe cumplir toda su condena ya que se ajusta a sus actos", asegura la madre de las niñas, que pide que "no se olvide a las víctimas".

Rocío Viéitez, que hasta ahora había optado por mantenerse al margen del revuelo mediático, afirma estar preparando "todos los medios" para solicitar que se mantenga la prisión permanente en España "y necesito vuestra ayuda para ejercer presión".

Así, pide la colaboración ciudadana para que esta campaña tenga éxito, "por ellas y por mí". 

"Os ruego empatía para comprender desde nuestra perspectiva y que lo difundáis para que esa pena se mantenga", concluye su mensaje en Facebook.

Además, en otra publicación que escribió días después de la sentencia, la madre de Candela y Amaia también quiso agradecer "el respeto, la empatía, la solidaridad y el cariño" que ha recibido a lo largo de casi dos años, especialmente por parte de los vecinos de Moraña y Campo Lameiro "por demostrar que son personas que merecen la pena" y haber apoyado la decisión de la familia de "no mercantilizar la violencia".

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