La lucha de unos vecinos de Bora contra las velutinas: "Nadie nos ayuda. No podemos ni abrir las ventanas"

Pontevedra
23 de octubre 2019

Tres meses esperando para que las autoridades retiren un nido de velutina que, además, está creciendo de manera alarmante a cada día que pasa. Así están unos vecinos de Bora que, hartos de que sus avisos caigan en saco roto, exigen que se adopten medidas urgentes

Torre de tensión, al lado de la casa, en donde se han asentado las velutinas
Torre de tensión, al lado de la casa, en donde se han asentado las velutinas / PontevedraViva

Tres meses esperando para que las autoridades retiren un nido de velutina que, además, está creciendo de manera alarmante a cada día que pasa. Así están unos vecinos de Bora que, hartos de que sus avisos caigan en saco roto, exigen que se adopten medidas urgentes.

A escasos metros de una vivienda de la parroquia, las velutinas se han asentado en una torre de alta tensión en activo. El nido fue detectado el pasado mes de julio, fecha en la que los vecinos realizaron su primer aviso a la Xunta de Galicia.

Según denuncian, los responsables del programa que gestiona la retirada de estos nidos respondieron de manera negativa, ya que tenían que pedir permiso a la compañía eléctrica, Unión Fenosa Distribución, para cortar la luz durante cinco minutos.

Desde entonces, a lo largo de todo este tiempo, los afectados han realizado varios avisos más pero, a pesar de su insistencia, nadie se ha presentado en el lugar ni siquiera para revisar el nido o tomar medidas para capturar a estas molestas inquilinas. Tampoco desde Fenosa.

El nido, desde entonces, ha ido creciendo "proporcionalmente", según advierten los vecinos, tanto en tamaño como en la cantidad de avispas de esta especie invasora.

Las velutinas, relatan los que están forzados a convivir con ellas, suelen pasearse por el jardín de su vivienda y, a pesar de haber colocado varias trampas con botellas y haber atrapado ya una gran cantidad de ellas, "siguen apareciendo y reproduciéndose".

"Vivimos con las ventanas cerradas", aseguran estos vecinos, que afirman que por suerte "no hemos tenido ningún susto" y, a pesar de que alguno de los afectados es alérgico, a nadie le ha picado una de estas avispas. En parte, explican, por el esfuerzo de los afectados por combatir esta plaga con trampas con miel y veneno.

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