La ley de estabilidad presupuestaria obliga a Ponte Caldelas a aprobar un Plan Económico Financiero

Ponte Caldelas
29 de julio 2019

La liquidación del presupuesto municipal de 2018 supone que Ponte Caldelas incumplió la regla de gasto (que impide gastar más que el Presupuesto anterior más el IPC) en 666.000 euros y, por tanto, también la estabilidad financiera, de ahí que tenga que aprobar ese plan 

El alcalde Andrés Díaz, consultando el nuevo inventario municipal Concello de Ponte Caldelas

La Ley de Estabilidad Presupuestaria, que limita la posibilidad de incremento en los gastos de las entidades de la administración local, penalizó al Concello de Ponte Caldelas, que, después de las fuertes inversiones de 2018, acaba de ser obligado a aprobar un Plan Económico Financiero

La liquidación del presupuesto municipal de 2018 supone que Ponte Caldelas incumplió la regla de gasto (que impide gastar más que el presupuesto anterior más el IPC) en 666.000 euros y, por tanto, también la estabilidad financiera, de ahí que tenga que aprobar ese plan.

El Concello explica que el incumplimiento se debe al uso de remanentes municipales del año anterior, el crédito para la compra del balneario y un crédito sin intereses solicitado a la Deputación Provincial que fue destinado a obras en el rural y al cambio del césped sintético del campo de fútbol. 

El Concello convocó un pleno extraordinario para este miércoles en el que aprobará el obligado Plan Económico-Financiero para cumplir con la ley estatal. El plan, que no supone la adopción de ninguna medida adicional implica el deber de cumplir estabilidad y regla de gasto en los años 2019 y 2020. 

El informe de Intervención augura el cumplimiento de estos parámetros con la simple ejecución presupuestaria indicando que la ejecución del presupuesto de 2019 en los términos establecidos en el mismo debe presentar un escenario de liquidación con superávit.

El alcalde, Andrés Díaz, critica la "absoluta falta de sentido" de los principios de estabilidad financiera y regla de gasto, una limitación que mismo impide a los ayuntamientos gastar el dinero que hay en caja, como los procedentes de sus remanentes, en beneficio de sus vecinos. 

Andrés Diaz considera que es una "barbaridad" que se impida gestionar con agilidad y atender las necesidades del vecindario por una simple cuestión de contención del gasto en el sector público, porque el problema del déficit no está en los ayuntamientos. En su caso, se muestra "orgulloso" de haber incumplido esa norma y considera que el Plan Económico Financiero es "una anécdota".