Más de 300 personas, según las cifras aportadas por la organización, acudieron este sábado a la primera edición de la 'Marcha de la Dignidad' organizada por la plataforma vecinal de Lourizán entre la zona de Placeres y el Pazo de Lourizán para demandar a la Xunta de Galicia que paralice el proyecto de ampliación de la depuradora instalada en la parroquia.
La marcha reivindicativa se convocó para denunciar que los planes de la Administración autonómica para la EDAR "significarían acabar de masacrar la parroquia" y para demandar la necesidad de poner fin la "tantas barbaridades que se llevan hecho durante décadas" en Lourizán y empezar a revertir la situación y "recuperar nuestro paraíso robado".
La actualidad relativa a la continuidad de Ence en Lourizán protagonizó inevitablemente la acción de protesta, pues la plataforma vecinal considera que "estamos en un momento importante para nuestra parroquia". Dado que el nuevo emisario y la ampliación de la depuradora están íntimamente ligados a Ence y su permanencia en la Ría de Pontevedra, piden a la Xunta que espere a saber qué resuelven los tribunales sobre la situación de la pastera y la prórroga para ocupar los terrenos de Lourizán antes de seguir adelante con esos proyectos.
"Si finalmente los jueces declaran la ilegalidad de la prórroga y Ence se tiene que marchar de Lourizán a medio plazo, no hay nadie que no entienda que la EDAR de Placeres también se tendría que desmantelar", consideran, de manera que le exigen públicamente a la Xunta que paralice el proyecto de nuevo emisario hasta que se resuelva el caso en los tribunales.
Los vecinos consideran que el futuro incierto de la prórroga de Ence es un motivo más para no permitir la ampliación de la depuradora, pero en cualquiera caso, aunque siguiese Ence, la plataforma seguirá luchando para que esta no se lleve a cabo en ningún caso.
Una representante de la plataforma leyó un manifiesto donde se hizo memoria de la lucha vecinal: "Nuestras abuelas lucharon hace 60 años contra la instalación de la celulosa y algunas de ellas pagaron con la cárcel. Sus madres ya habían luchado antes contra los dragados en la playa. Después vinieron otras luchas, como la del astillero o la del tren. Y ahora la ampliación".