Herminia se levantó temprano como cada mañana y salió a pasear a su perro por la zona de la 'carballeira' de Ameán, pero este sábado un Peugeot 205 de color blanco se interpuso en su camino. Reside en las cercanías, en el lugar de Vilar, en la parroquia de Ponte Sampaio, y conoce todos los coches de los vecinos, pero ese no pudo reconocerlo. Estaba atascado, sin poder moverse en una pequeña pista de piedras y barro, y no había nadie en el interior, así que quedó extrañada, pero siguió su camino y ya no volvió a pensar en el intruso, ajena a que acababa de cruzarse con la prueba de un crimen, con un elemento que ahora resulta clave para determinar qué pasó en la madrugada del viernes al sábado a apenas unos kilómetros de allí, en el cruce que va de Ponte Sampaio a Acevedo, en el punto en el que su vecina Conchi Reguera Peón, de 38 años, se convirtió en la quinta víctima de violencia de género en Galicia este año.
Cuando Herminia y su perro se toparon con el Peugeot eran las ocho y media de la mañana. El crimen se había producido a las 3.50 y aún no había sido detenido el presunto autor del mismo, José Antonio Lusquiños Bustelo, 'Coco', arrestado sobre las diez, pero a esa hora los primeros medios de comunicación ya empezaban a hacerse eco de una noticia que corrió como la pólvora en Ponte Sampaio. Conchi era muy conocida, sus padres habían tenido durante años el bar Pescador y ella mismo, junto con una socia, regentó el pasado verano uno de los quioscos de la playa fluvial, así que poco tardó en saberse su muerte.
Los grupos de whatsapp ardían y las rosas negras en recuerdo a la fallecida inundaban los muros de facebook, pero Herminia, de avanzada edad, no vive conectada a la sociedad de la inmediatez y no supo de la noticia hasta varias horas después. A mediodía se enteró, pero no asoció la muerte de Conchi con aquel Peugeot. Tardaría poco en hacerlo. Los coches policiales empezaron a subir hacia la Ameán, una imagen poco habitual entre ese puñado de casas, y los vecinos los siguieron, topándose todos con el turismo. Ya no estaba solo, sino custodiado por varios policías nacionales y así permaneció entre el mediodía y bien entrada la noche.
En ese momento supieron de lo importante del coche. Propiedad de la familia de la fallecida, ella lo utilizaba en los últimos meses para desplazarse y también la noche del viernes. Salió hasta tarde y, como hacía siempre, fue hasta el cruce para dar la vuelta al coche y dirigirse ya hacia su casa, situada encima del antiguo bar Pescador de sus padres, al pie del puente romano. Ya no llegó. Allí le esperaba su ex novio, de 34 años, con quien había mantenido una relación de unos meses que se había roto en agosto. Se desconoce qué pasó en ese momento, pero sí el resultado del encuentro: él presuntamente la acuchilló, la dejó tirada y huyó con el coche de ella. Un vecino le vio y un cuerpo al lado, así que anotó la matrícula. También quiso socorrer a Conchi, pero la herida fue mortal.
Cuando la Guardia Civil le detuvo estaba a unos 50 metros de la casa de sus padres, en A Pedreira, en Soutomaror, tratando de huir por unas fincas. ¿Cómo llegó hasta allí si no tenía coche? Huyó del lugar del crimen con el coche, se dirigió hacia Vilar, se metió por unas pistas intransitables y, de repente, el coche le quedó atrapado en la carballeira de Ameán. Allí lo dejó tirado y, según él mismo reconocería horas más tarde, tiró también en la zona, al principio de la pista forestal, el cuchillo utilizado en el crimen.
Faltaban pocos minutos para las diez de la noche cuando el Peugeot abandonaba su pista. Atrás quedaban diez horas de especulaciones y también de investigación. Los agentes de la Policía Científica analizaron al milímetro el turismo y recogieron todo tipo de pruebas, hasta que se consideró que no daba más de sí y podia retirarse de la zona. Faltaba por localizar el cuchillo, pero el coche ya no era necesario que permaneciese allí.
Retirarlo no fue tarea sencilla, pues estaba atascado y dos grúas distintas tuvieron que irse sin llevarlo. Finalmente, se hizo cargo del mismo el cuñado de Conchi. Visiblemente afectado por la pérdida, llegó a Ameán alrededor de las siete de la tarde. Poco después llegaron varios sobrinos de la fallecida y entre todos gestionaron con el seguro la retirada. La escasa iluminación del lugar complicó las tareas.
La investigación tiene que determinar ahora los movimientos del detenido desde que dejó el coche hasta que fue detenido en Soutomaior, pues hay varios kilómetros de distancia y ningún testigo lo vio, y también lo ocurrido en el cruce de Acevedo. Las pruebas realizadas han descartado que estuviese bajo los efectos del alcohol y las drogas, pero queda por saber el resultado del examen que le realizaron a primera hora de la tarde forenses del Institudo de Medicina Legal de Galicia (Imelga) y también la autopsia practicada a la fallecida.
'Coco', que hasta hace poco más de un mes trabajaba de camarero, pero ahora está en paro, pasará este domingo a disposición judicial y pocos datos han trascendido de la investigación realizada hasta el momento, pero sí que la fallecida nunca le había denunciado por malos tratos, aunque sí que había tenido una denuncia previa de otra pareja. Con Conchi tuvo sus más y sus menos, sus allegados sospechan que tuvo algo que ver con el incendio que el 16 de octubre calcinó el quiosco de la playa y recuerdan con reservas otro incidente de finales de agosto: él se precipitó por un desnivel en Acevedo con el coche de ella, un Peugeot 206 que no pudo volver a utilizar y por eso este viernes, cuando falleció, iba en el de su hermana.