Tras casi medio siglo desde la muerte del dictador Francisco Franco, en Pontevedra sigue habiendo vestigios de lo que fue la dictadura. Ni siquiera su salida del Valle de los Caídos, el pasado 24 de octubre de 2019, ha conseguido que lo poco que queda de él en la memoria de los pontevedreses sea suficiente para eliminar los restos de una época basada en el dolor, la injusticia y la pérdida.
Así pues, en la ciudad conviven símbolos que honran la dictadura con monumentos que homenajean a los represaliados y asesinados por el franquismo, como el Monumento a los fusilados el 12 de noviembre de 1936 o el monumento en honor a Alexandre Bóveda, fusilado el 17 de agosto de ese mismo año en A Caeira, urbanización del municipio de Poio colindante co concello de Pontevedra. El político gallego pidió ser enterrado bajo la bandera de Galicia, tal y como puede verse en el cementerio de San Mauro, donde su sepultura se encuentra bajo una gran pintura de la bandera. Así mismo, en el cementerio existe una placa que honra a los que perdieron la vida al frente del bando nacional, siendo esto un insulto a aquellos que lucharon por la libertad de una ciudad que estaba siendo víctima del fascismo.
Paseando por Pontevedra pueden observarse diversos escudos con el águila imperial, conocida popularmente por muchos como el aguilucho. El de mayor tamaño se encuentra en la fachada de la Audiencia Provincial, un edificio público en el que se imparte justicia, pero con un escudo franquista de grandes dimensiones a su entrada, lo que supone una clara contradicción debido a las inmoralidades que el régimen supuso para la sociedad. También en la antigua sede de la Delegación del Ministerio de Información y Turismo, en la céntrica calle Michelena, puede verse el antiguo escudo español.
Además de escudos, también existen numerosas placas que recuerdan el levantamiento de edificios públicos, ahora viviendas, durante la dictadura. A la altura del número 5 de la calle Perfecto Feijóo podemos ver una placa con el yugo y las flechas de la Falange, con la inscripción: “Delegación Nacional de Sindicatos. Grupo Santa Clara. 40 viviendas. Año 1961”.
Escondida bajo un amasijo de cables y sobre el rótulo de una conocida joyería, solo los más curiosos podrán visibilizar la placa que se encuentra en la esquina de Fray Juan Navarrete con Sagasta, en la que aparecen de nuevo las flechas y el yugo, con la leyenda “Delegación Nacional de Sindicatos. Grupo Virgen del Camino”.
El origen de esta simbología procede del reinado de los Reyes Católicos, y ambos anagramas representaban a la España unida. Además, hacían alusión a los nombres de los dos monarcas: la letra Y representaba el yugo y a Ysabel, cuyo nombre se escribía así en aquella época, mientras que la F representaba las flechas y a Fernando. Con la llegada de la dictadura militar a España, el yugo y las flechas eran el símbolo de la bandera de la Falange, reproducidos en color rojo, representando la sangre.
A pesar de que la calle Salvador Moreno cambió su nombre a Rosalía de Castro hace ya 18 años, el colegio homónimo todavía mantiene el nombre del almirante franquista. Dicho colegio, adscrito a Defensa, homenajea a un hombre al que se le atribuyen más de 100.000 muertes y desapariciones. En 2018, la diputada de En Marea, Yolanda Díaz, pidió al gobierno de Rajoy que se cambiase el nombre del centro debido a que vulneraba la Ley de Memoria Histórica de 2007, que obliga a retirar todos los escudos, insignias, placas y cualquier objeto que exalte el levantamiento fascista y la represión de la Dictadura. Sin embargo, el Partido Popular decidió mantener el nombre del ministro de la Marina en dicho colegio.
La Asociación Cultural A Revira demandó ya en 2014 la eliminación de estos símbolos. Desde entonces solo se ha eliminado el escudo franquista del CEIP Vidal Portela, sustituido por el actual escudo español. Así pues, las administraciones públicas están incumpliendo la Ley de Memoria Histórica del año 2007, al no retirar los vestigios del franquismo de determinados lugares públicos.
Con la nueva Proposición de Ley de Memoria Histórica del Partido Socialista Obrero Español, (PSOE), del 30 de julio de 2019, que dice que “una vez transcurrido el cuarenta aniversario de nuestra Constitución, España debe revalidar su apoyo a los valores democráticos, garantizados por la Constitución del 78, lo que significa reconocer la memoria de quienes lucharon por la libertad y la democracia, desterrar definitivamente de nuestra sociedad el franquismo y todo lo que representó, como símbolo más contundente de la negación de aquellos valores”. Si esta proposición llega a aprobarse, se espera que, una vez entre en vigor, el rastro del franquismo sea únicamente una oscura sombra en el pasado de la ciudad.