Trascurridos ya más de dos años desde que el 12 de diciembre de 2017 llegaron al puerto de Marín dos polizones que formalizaron una petición de asilo político en España y partieron en el mismo barco sin esperar a que se resolviese su demanda, nadie tiene noticias del paradero de estos dos ciudadanos que alegaron ser de origen sirio y palestino. Sin embargo, su insólito caso sí ha tenido consecuencias. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) lleva dos años luchando, primero por lograr asilo para estos dos hombres y luego para que se aclarase lo ocurrido, y ha conseguido que el Ministerio del Interior introduzca cambios en cómo actuar ante una situación como esta.
Según una resolución del Defensor del Pueblo a la que ha tenido acceso PontevedraViva, el Ministerio de Interior acepta una recomendación para modificar la Instrucción conjunta sobre polizones de 2007 de las direcciones generales de la Policía, la Guardia Civil y la Política Interior y de Inmigración sobre tratamiento de polizones extranjeros. Un logro de los dos peticionarios de Marín, aunque ellos nunca lo lleguen a saber.
Esta resolución es respuesta a una queja formulada por CEAR al Defensor del Pueblo por incumplimiento de la normativa en materia de asilo, pues al día siguiente a su llegada partieron en el mismo barco, el Kristin C, en dirección a Polonia, pero ya nunca volvió a saberse de ellos y no consta que nadie autorizase la salida de este barco.
Tras las peticiones de CEAR, el Defensor del Pueblo realizó una serie de averiguaciones y pidió documentación a distintas instancias, tales como la Subdelegación del Gobierno y la Comisaría Provincial de Pontevedra. Finalmente, la Secretaría General Técnica del Ministerio del Interior aceptó la recomendación de modificar la forma de actuar en casos como este. De momento, no se ha realizado ningún trámite para esa modificación.
El abogado y presidente de CEAR-Euskadi, Javier Galparsoro, que desde el primer día manifestó su preocupación por la situación de los dos polizones y se afanó en en esta lucha, valoró este martes que se siente "muy orgulloso" de esta "gesta".
Esta historia comenzó el 12 de diciembre de 2017, cuando el buque británico Kristin C procedente de Casablanca llegó a Marín y un ciudadano sirio y otro palestino que llegaban como polizones solicitaron asilo político. Dos abogados de oficio en Marín recibieron el caso y les prestaron asistencia dentro del propio barco para formular la solicitud. Cuando todavía estaba pendiente de resolverse la admisión a trámite, al día siguiente, el buque partió hacia el puerto polaco de Sczcezin con los polizones dentro, sin ser desembarcados.
CEAR les siguió la pista en el trayecto hacia el puerto polaco a través de varias ONG alemanas y polacas, de ACNUR y de abogados de ambos países y pudo determinar que el buque recaló al menos en tres puertos alemanes, pero los polizones jamás llegaron a Sczcezin. "Jamás supimos si fueron desembarcados y dónde. Jamás sabré si siguen vivos", lamenta Galparsoro.
Dos días después de zarpar el buque, la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) admitió a trámite sus solicitudes de protección internacional, pero esos dos polizones ya no pudieron beneficiarse de ellas, pues siguen en paradero desconocido.
CEAR critica que la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, que entonces dirigía Ana María Ortiz; las Brigadas de Extranjeria y Fronteras de Marin y Pontevedra; Capitanía Marítima de Marin; y la empresa consignataria "se repartieron culpas y reproches" sobre quién autorizó que el buque zarpara con dos solicitantes de protección internacional en su interior y lamenta que "tampoco logramos esclarecerlo".
Puedes seguir aquí los dos años de lucha de CEAR para conocer el paradero de los dos polizones.