La Escuela de Igualdad María Vinyals acogió este martes en su sede del castillo de Soutomaior una jornada en la que se sacó a la luz el imprescindible camino que están abriendo las mujeres referentes en los campos de la innovación tecnológica, el emprendimiento y la transformación digital frente a las desigualdades que siguen marcando estos ámbitos.
La jornada estuvo promovida en el marco de la Agenda 2030 por la Deputación de Pontevedra y la Cátedra Iberoamericana de la Universidade de Santiago de Compostela.
La nueva cita de la escuela, que tuvo como broche final a participación de la referente en inteligencia artificial Amparo Alonso, congregó en el castillo a más de un centenar de personas, entre ellas alumnado y docentes del IES Luis Seoane de Pontevedra, centro referente en igualdad.
La presidenta de la Deputación, Carmela Silva, lamentó en el foro que "hay un sistema que nos impide pasar de ese enorme conocimiento que tenemos a dirigir el mundo en igualdad de condiciones. Queremos ocupar el 50% porque la sociedad se está perdiendo construir un mundo mejor".
Por su parte, María Cadaval, directora de la Cátedra Iberoamericana, subrayó que con esta jornada también se pretende "que las niñas y niños vean que hay referentes femeninas en ámbitos masculinizados, no masculinos".
"Innovación tecnológica y género" fue el tema central de la primera de las mesas de debate, que coordinó la experta en transformación digital en el sector público Mar Rodríguez.
En ella, María Camacho, directora de negocio de la firma Plexus TEC incidió en que "tenemos que romper barreras y tiene que haber políticas que incentiven que las mujeres estemos en todos los niveles de las empresas tecnológicas" y puso como ejemplo el permiso de paternidad de 16 semanas.
Berta Caro, directora de desarrollo corporativo de Tecalis, ahondó en la "transformación digital, que ya está en nuestras vidas y en la que debe haber mujeres para poder mejorarla". También puso el foco en las "power skills", como la inteligencia emocional, la resiliencia o la gestión eficiente del tiempo "que han favorecido muchísimo la entrada de las mujeres en el sector".
Ana Malde, ejecutiva de Accenture, habló de lo que supone "el momento de la maternidad" para las mujeres trabajadoras y dejó claro que "el fomento de la igualdad tiene que partir de la administración pública, su papel es fundamental para poder combatir nuestra discriminación en las empresas".
Sandra Castro, ejecutiva de cuentas de Fuell, añadió que "las empresas tenemos una responsabilidad enorme en romper estereotipos de género". También se refirió a la importancia de la "sororidad" y a la lucha contra el síndrome de la impostora.
La segunda de las mesas puso de relieve distintas experiencias en el emprendimiento femenino y la innovación en el sector primario. Teresa Táboas, arquitecta y administradora de Sembrar SL, manifestó que "a veces tocamos en la clave errada, y hay que interpretar la melodía de estos tiempos complejos en la clave exacta de Re, Recuperar, Repensar y Revolucionar el rural con la fuerza de las mujeres".
Sandra Amézaga, secretaria de la Asociación Mulleres Salgadas, incidió en la "falta de visibilidad" de las mujeres del mar en Galicia, y en este sentido recordó la iniciativa de su colectivo para crear un observatorio gallego de género del sector pesquero "que ofrezca estadísticas y un diagnóstico de este sector, que es un desconocido, y ayude a implementar políticas adecuadas".
Por su parte, Elisa Rubí Cano, socia de la Bodegas Terra de Asorei y profesora de Química, apuntó que el gran déficit en este sector para las mujeres "está en el mundo de las personas técnicas". "En el día a día en el campo y el cuidado de la venía son hombres. Hay enólogas, y en las bodegas van entrando mujeres, pero en el sector del cuidado de la venía no", ha apuntado.
Y Silvia Chaves Freire, gerenta en Transportes y Maderas Chaves, añadió que en su sector "queda muchísimo por trabajar y hay que visibilizar a las mujeres que están, tanto en puestos de gerencia como las conductoras, que cada vez son más, para darle la oportunidad a otras de encontrar un nicho laboral".
Por la tarde, la jornada continuó con las aportaciones realizadas por tres mujeres emprendedoras que iniciaron sus proyectos alineadas con la universidad. Eva López Barrio, coordinadora del programa Innovatia 8.3 de la Universidade de Santiago fue la moderadora de la mesa en la que Catalina Fernández de Ana, directora general de Hifas da Terra; Diana Lameiro, directora del Centro Lingoreta y Vanesa Redondo, promotora de Proplantaee, mostraron su experiencia profesional en este campo.
La clausura de la jornada corrió a cargo de la catedrática y autoridad en materia de inteligencia artificial en España, Amparo Alonso, quien defendió ya en su título que "la IA debe ser feminista".
En la charla, incidió en que "la tecnología no es inocua en cuestiones de género y que podemos encontrarnos con algoritmos y muchas veces con conjuntos de datos del mundo real, que están sesgados, ya que la sociedad está sesgada".
"Es importante –apuntó- que tengamos esto en cuenta, para ‘vigilar’ que los sistemas de Inteligencia Artificial no den resultados sesgados, que perpetúen o incluso hagan crecer las desigualdades de género". Señaló que esta es una de las consideraciones que se tratan en la regulación que se está construyendo en la Unión Europea, "de la que se ocupará también la futura Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial de la que se habla estos días en los medios".
Alonso se refirió al coste económico de la desigualdad en la economía al subrayar que la igualdad "es un valor fundamental de la Unión Europea" y su mejora "podría llevar a un incremento en el PIB de hasta 3,15 trillóns de euros en 2050". En este sentido recordó que "en el 66% de las empresas TIC no hay mujeres directivas" y apuntó que "en 2021 el 45% de los empleos estaban relacionados con el ámbito digital".
La catedrática puso la vista en el 2025, cuando el 84,6% del empleo de la Unión Europea y el 69,8% en España "será realizado por personas con formación media y alta en tecnología". Así, destacó la necesidad de "incluir la informática en la educación desde las primeras etapas, sensibilizar al profesorado sobre el género en las TIC o visibilizar la profesionales que sirvan como referentes".