De los 24 barcos cefalopoderos pontevedreses que faenaban en Mauritania cuando la flota gallega fue expulsada del caladero en 2012, tan sólo trece han retomado la actividad, 10 han sido desguazados y uno vendido a otro país. De los 13 activos, cuatro trabajan en la actualidad en Angola, dos en las Malvinas, cinco han estado en diversos caladeros como Gambia y dos están atracados en los puertos de Marín y Vigo. La radiografía la realizó este viernes el responsable del sector de Mar de la FGAMT-CIG, Xabier Aboi, para quien el panorama actual no es nada halagüeño y necesita de una actuación inmediata de los gobiernos gallego y español.
Aboi reclamó que la única solución para salvar a la flota cefalopodera gallega pasa por "que se executen" los acuerdos pesqueros que hay en vigor entre la Unión Europea y diversos países africanos y que se actualicen otros. De esa forma podría recolocarse la flota que ya no trabaja en Mauritania.
La flota sufre la "inacción" de la Xunta y el Gobierno estatal, que dan el visto bueno a acuerdos "nefastos para Galicia", de modo que Aboi pide a la conselleira do Mar, Rosa Quintana, y al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, que "abandonen a súa inutilidade" y "exerzan de Goberno galego, que é para o que foron elixidos".
Entre las medidas que reclama Aboi está que no se firme un nuevo acuerdo pesquero con Mauritania si no contempla la flota gallega del pulpo, que se agilicen y actualicen los acuerdos pesqueros en vigor con Guinea Bissau, Senegal y Marruecos y qué se arregle la situación con Guinea Conakri.
Estos caladeros alternativos, sumados a los del Sáhara y Mauritania, serían, según Aboi, "unha boa saída para os nosos barcos, permitindo unha pesca sustentable e de futuro para o noso país", pues no dejan de sucederse malas noticias en los últimos tiempos. La última fue que la flota gallega tuvo que abandonar el caladero de Guinea Conakri "por ordes de Madrid despois de que a UE o declarara 'país que non persegue a pesca ilegal'". Sin embargo, "vemos que outras flotas como a chinesa continúan a pescar alí e a vender no mercado comunitario como pesca doutros países".
El acuerdo pesquero con Marruecos es el que está ahora más en el aire, pues se trata de la "historia dun engano permanente". Firmado hace más de un año, su entrada en vigor estivose retrasando hasta ahora porque Marruecos, segundo Aboi, estaba condicionándola a la firma del tratado agrícola con la UE. Una vez firmado, el protocolo de pesca sigue sin ejecutarse y a pesar de que los armadores ya pagaron por las licencias una media de 22.000 euros, no se podrá ir a pescar, por lo menos, hasta la celebración de la Comisión Mixta de septiembre.