A poco más de mes y medio del segundo aniversario del conocido como crimen de Ponte Caldelas, en el que Marcos Vidal González confesó haber matado al marido de su ex novia, Manuel Rivas Muíños, la causa abierta para investigar lo ocurrido el 28 de noviembre de 2015 está ahora pendiente de la Audiencia Provincial.
La defensa del único acusado y la familia del fallecido han pedido en varias ocasiones que también se investigue a la esposa de la víctima, Sandra M.A. y otras tantas veces se lo ha rechazado la jueza. La semana pasada, el jueves 28 de septiembre, se celebró en el Juzgado de Instrucción número 1 de Pontevedra una vista para revisar si se prorrogaba la estancia preventiva en prisión del acusado que también sirvió para que insistiesen en esta petición.
La jueza decidió finalmente confimar su privación de libertad y que espere encarcelado la celebración del juicio, y, además, ha vuelto a confirmar que no investigará a la esposa de Manuel. Pero las peticiones de la acusación particular no se han quedado ahí, sino que la causa está ahora pendiente de un escrito de apelación presentado ante la Audiencia Provincial de Pontevedra por el abogado pontevedrés Andrés Malvar, que representa a los padres del fallecido.
El letrado considera que la jueza, que ha desestimado sus peticiones y sus recursos de reforma previos presentados, "vuelve a omitir la inmensa mayoría de argumentos que han llevado a mis representados a solicitar la investigación de S" y ha decidido ponerlo en manos de la Audiencia.
El recurso presentado sostiene que "se debe proceder, ante la omisión de la juzgadora, a la investigación de Sandra M.A. y critica que la jueza "no ha tenido la delicadeza ni de contradecir mínimamente" las alegaciones que presentaron en el recurso de reforma.
La jueza -y también el fiscal del caso- concluyen que "al menos por el momento no existen motivos que justifiquen la imputación" que solicitan la acusación y la defensa basándose, entre otras pruebas, en el testimonio del acusado, las presuntas mentiras de la mujer y los registros de llamadas y mensajes de ambos. Ambas partes sostienen que la relación que ella asegura que se había acabado dos años atrás cuando ella retomó el matrimonio con el fallecido seguía en el momento del crimen y Sandra colaboró en el mismo.
LLAMADA SOSPECHOSA AL 112
La magistrada mantiene que los indicios que para la defensa y la acusación son reveladores de la participación de Sandra en la muerte de su esposo "no dejan de ser más que contradicciones o inexactitudes que no alcanzan la entidad suficiente como para proceder a la imputación". Sí reconoce que existe un indicio más relevante es que la mujer llamó al 112 indicando que sospechaba que su marido estaba siendo atacado antes de que Marcos le dijese que su marido estaba agonizando y le mandase una foto que confirmaba la agresión.
Sin embargo, no lo considera suficiente, pues cree que también ha de tenerse en cuenta que Sandra, que había hablado con su esposo a las 08.51 horas del día del crimen y que sabía que éste tenía que salir de casa para ir al trabajo, le remitió a su esposo dos Watts App con un intervalo de escasos minutos de los que esperaba respuesta y que éste no respondió, lo cual, según ella explica, que realizó la llamada al 112 sospechando que su marido estaba siendo atacado. Argumenta la jueza que tales explicaciones pueden ser convincentes o no, pero que no se puede extraer de ellas que Sandra tuviese participación en la muerte de su esposo.
Entre otros argumentos para mantener que Marcos actuó solo, la jueza señala que en ningún momento tras el crimen siquiera sugirió la colaboración de Sandra en los hechos y ante la Guardia Civil reconoció que lo hizo para hacerla sufrir. Además, añade que cambió de versión en su última declaración en el juzgado acusándola a ella porque estaba "muy dolido con Sandra porque ésta lo denunció por malos tratos".
En su recurso de apelación ante la Audiencia, la acusación sostiene que esa denuncia por malos tratos, que acabó en absolución en un juicio penal, prueba la falta de credibilidad de las declaraciones de la mujer. No se queda ahí y añade que algunas pruebas objetivas (los watts App y las llamadas) "nos muestran bien a las claras que falta a la verdad". En su opinión, podría entenderse que, por vergüenza, Sandra hubiese mentido a cerca de su relación con Marcos, pero "lo que no tiene explicación alguna es que su versión sobre el día de los hechos no concuerde, en absoluto, y en ninguna de las versiones, con los mensajes, con las llamadas y con las conversaciones grabadas por el 112".
La acusación mantiene que los whatsapp, fotos y mensajes acreditan que Sandra y Manuel tenían una relación amorosa de carácter íntimo y la negó y que el contenido de sus comunicaciones no confirma que, como ella sostiene, se sentía atemorizada. Acreditan, entre otras cuestiones, que ella le invitó a su casa -en la que sucedió el crimen-, y que se ven y hablan cuando ella quiere.
El recurso reprocha que la mujer aportó versiones distintas del día de los hechos ante la Guardia Civil y en sus dos declaraciones en el juzgado e insiste en el contenido de la declaración del acusado en el juzgado en la que explica que dos o tres días antes habían dormido juntos, ella le dijo que su marido le estaba presionando y le entregó las llaves de su domicilio para que fuese a asustarle sin hacerle daño para así lograr que no volviese y poder casarse con él. Ya el día de los hechos, le llamó a primera hora y le dijo que su marido iba a su casa y pidió que fuese a decirle algo para que no volviese. Según la versión de él, ella le dio las llaves, pero no las usó -sí las llevaba encima cuando le detuvieron-.