Con motivo del 50 aniversario de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y en el marco del mes de la investigación, la AECC en Pontevedra ha instalado en la plaza de Ourense hasta este domingo 26 de septiembre una exposición en la que se muestran los avances que se han producido en la investigación contra el cáncer desde 1971.
"La Asociación Española Contra el Cáncer fundó en el año 1971 la Fundación Científica con el propósito de fomentar y promover la investigación para que se aumentara la supervivencia de los pacientes con cáncer apoyando económicamente a investigadores de gran categoría para desarrollar sus líneas de investigación", señalaba la presidenta de la Sede Provincial de la AECC, Carmen Abeledo.
Además de este apoyo a la investigación, las actividades de la asociación se han diversificado para abarcar todos los aspectos relativos a la atención y acompañamiento al paciente oncológico: social, psicológico, jurídico, orientación médico-sanitaria o complementando el tratamiento con terapias. Carmen Abeledo ponía el ejemplo del trabajo de logopedia en el caso de los cánceres de cabeza y cuello y la emoción que se produce cuando un paciente logra decir sus primeras palabras.
Estas explicaciones eran seguidas con detenimiento por las concelleiras Eva Villaverde y Carmen Fouces y la delegada territorial de la Consellería de Sanidade, Natalia Botana, que se acercaron a conocer la exposición fotográfica coincidiendo con la celebración este 24 de septiembre del Día Mundial de la Investigación en Cáncer. Carmen Fouces aportaba su caso personal para agradecer la labor de la AECC. Relataba la concelleira que logró dejar de fumar hace 23 años gracias a un curso de deshabituación tabáquica de los que periódicamente organiza la asociación. Actualmente, el 60% de los asistentes a estos cursos abandona el hábito de fumar y en torno al 40-45% se mantiene alejado del tabaco meses después, confirmaba la presidenta provincial.
Eva Villaverde, concelleira de Mantemento de Espazos Públicos, apuntaba a que esta visita reafirma el apoyo del Concello de Pontevedra con la AECC, tanto cediendo el espacio y costeando los soportes de la exposición como en otras actividades como las "andainas". Villaverde destacaba que más allá del aporte del Concello los protagonistas de la exposición son los miembros de la asociación y muy especialmente el equipo de voluntariado. "Á parte de poder visibilizar a investigación, que a propia xente saiba os avances que se están facendo, o importante que é o financiamento fundamentalmente por parte das Administracións Públicas, e o que supón o avance tanto na cura da enfermidade como na mellora da calidade de vida", exponía la concelleira.
La exposición se complementa con una carpa en la que el equipo de voluntariado ofrece información sobre la actividad de la AECC y también comunica una visión didáctica. Es el caso del experimento que realizaron durante la visita institucional a través del que mostraron cómo las investigaciones más avanzadas en cáncer pueden partir de la observación de fenómenos naturales aparentemente simples. In situ introdujeron patatas troceadas en un recipiente al que añadieron agua oxigenada y que reproduciría el proceso similar al que se investiga para acelerar la eliminación de tóxicos de la quimioterapia.
MÓNICA MARTÍNEZ, INVESTIGADORA EN INMUNOTERAPIA
La exposición recoge los hitos en la investigación en el cáncer de los últimos 50 años, entre los que encontramos la línea desarrollada por la doctora Mónica Martínez Fernández, investigadora Miguel Servet en el Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur, ubicado en el Hospital Álvaro Cunqueiro en Vigo, que también se encontraba presente en este recorrido para visibilizar la labor que se hace dentro de los laboratorios con el apoyo económico imprescindible de la AECC.
Dra. Martínez, ha iniciado contrato en el Álvaro Cunqueiro recientemente, en enero de este año, en un grupo de investigación en oncología molecular traslacional y, según comentaba durante la visita, la línea de investigación fundamental es la inmunoterapia.
Tenemos algún proyecto de diagnóstico precoz aún en marcha pero últimamente casi todo se están volcando en la inmunoterapia porque ha resultado una revolución en los últimos años en los tratamientos oncológicos que había disponibles. La idea es reactivar el sistema inmune del propio paciente, que sea su sistema inmune el que sea capaz de reconocer las células tumorales y atacarlas desde dentro. Y esto ha supuesto un cambio en muchos tumores que inicialmente tenían un mal pronóstico, hay pacientes que consiguen responder a lo largo de los años y eso es muy prometedor. Al principio se empezó a dar en solo ciertos tipos tumorales y ahora se está abriendo más el abanico. También al principio era segunda opción este tratamiento y ahora ya se está dando en primera línea y las respuestas son muy esperanzadoras.
¿En qué tipo de cáncer está más avanzada la investigación y el tratamiento con inmunoterapia?
Se empezó con el melanoma, y es el tipo de cáncer en el que se lleva más años aplicando. Supuso el cambio de no tener un tratamiento que a largo plazo les pudiera dar mucha esperanza a los pacientes a tener esta opción. Y el segundo fue el de pulmón, que es en el que estamos trabajando nosotros, que es el tumor más mortal a día de hoy, el que más muertes produce tanto en hombres como en mujeres, y el problema es que aparece en estadíos muy avanzados donde las opciones quirúrgicas no existen, entonces tenemos que conseguir encontrar terapias que funcionen bien en un corto espacio de tiempo y que sean lo menos agresivas posibles. Después también estamos trabajando en cáncer de vejiga y riñón, y tenemos también alguno de diagnóstico precoz en cabeza y cuello.
Otro de los avances de la inmunoterapia estaría en que provoca menos efectos secundarios que la quimioterapia. ¿A qué se debe este fenómeno?
La quimioterapia al final es algo que es un poco inespecífico. Lo que le pasa a las células tumorales es que tienen una capacidad de división de manera constante, pero se vuelven locas y se dividen sin control. Entonces atacamos distintos mecanismos con la quimioterapia para que no se dividan, pero afectas tanto a las células sanas como a las tumorales, y entonces los efectos secundarios suelen ser más importantes. La idea de la inmunoterapia es que como trabajas desde nuestro propio interior, es nuestro sistema inmune el que está reaccionando, y sí que tiene efectos secundarios pero no tan importantes como la quimioterapia.
Se habla de la inmunoterapia como la medicina del futuro, con tratamientos personalizados. ¿Hasta qué punto es así?
Con respecto a la medicina personalizada, se podría englobar la inmunoterapia ahí, pero en realidad a lo que vamos es a tener un mapa genético de cada tumor, caracterizar a cada paciente según las alteraciones que tienen y dar drogas o tratamiento acorde a ello. Por ejemplo, en pulmón, además de la inmunoterapia, hay cuatro o cinco tratamientos que están especializados para esos pacientes que tienen esas alteraciones. Entonces cuando llega un paciente con cáncer de pulmón se ve si alguna de esas terapias está indicada. En la inmunoterapia lo que buscamos es biomarcadores para ver qué le puede ir bien al paciente, si empezamos por esos tratamientos o directamente con la inmunoterapia. Y es lo que le llamamos medicina de precisión, es decir, ir tendiendo hacia "un paciente, un tratamiento".
Para finalizar, ha abandonado unas horas su grupo de trabajo en el Álvaro Cunqueiro para visibilizar la importancia de que se apoye a la investigación, como hace la AECC. ¿Cuál es la salud de los científicos en España?
La investigación actualmente en España, creo que hacemos muchas cosas con muy poco dinero. Hay pocos investigadores porque no hay una carrera científica como tal, y estamos todo el rato peleando por todo. Yo como ahora soy responsable de mi grupo de investigación tengo que pelear por mi contrato que acaba a los cinco años y tengo que evaluarme año a año. Además, cada uno de los estudiantes tiene que conseguir su financiación propia en cada una de las convocatorias. Es una pena que sea un trabajo que aún tenga mucho de vocacional. Es un trabajo muy bonito pero creo que deberíamos tener unas condiciones que nos permitan hacerlo con una cierta estabilidad, para que los estudiantes se planteen investigar aquí y no tener que ir al extranjero. Por eso agradecemos la labor de la Asociación Española contra el Cáncer y de todas las asociaciones que nos dan un poco de oxígeno en este sentido.