La iglesia de San Martiño de Verducido seguirá sin los altavoces que amplificaron sus campanadas durante tres décadas. Podrán seguir dando avisos cuando sea preciso, pero no con este mecanismo.
Las campanas dejaron de sonar en la parroquia tras la demanda presentada por un vecino contra el anterior sistema instalado en el templo para dar los avisos. El Concello estudió el caso y en 2022 ordenó el cese de las emisiones.
La Comunidad de Montes de Verducido había llevado el caso a los tribunales y el Juzgado Contencioso- Administrativo número 1 de Pontevedra desestimó su petición, dando la razón al Concello y manteniendo ese silencio de los altavoces.
El sistema de la discordia, que lleva ya desactivado desde que empezó este conflicto, amplificaba el sonido de las campanas mediante mecanismos electrónicos y sonaba permanentemente desde la madrugada hasta bien entrada la noche, a pequeños intervalos de tiempo, incluyendo incluso "conciertos de campanas", en palabras del juez.
La sentencia considera que este sistema "parece incompatible" con la normativa y jurisprudencia actual sobre contaminación acústica, que hace prevalecer el derecho al descanso, a la salud y a la intimidad domiciliaria, frente a otros valores en conflicto.
Según el juez, este sistema estaba "perjudicando a vecinos concretos", como el denunciante, por eso considera que la medida provisional acordada por el Concello de silenciar los altavoces es "proporcionada y acorde a derecho.
En su resolución, el juez concluye que en el problema de fondo "se trasluce un conflicto vecinal" y considera que "podría y debería solucionarse de manera consensuada, proporcional y racional entre los afectados, con algún tipo de mediación".
El juez Francisco de Cominges Cáceres señala que no debería existir inconveniente en permitir que, "conforme a la tradición inveterada que forma parte del patrimonio inmaterial del rural gallego, y del derecho a la libertad de expresión religiosa", repiqueteen las campanas de la torre de la iglesia en días festivos o señalados, llamando a misa, o a muerto.
REACCIÓN VECINAL
El presidente de los comuneros de Verducido, Marcos Rey, señaló este jueves que, tras la decisión del Concello, el sistema de megafonía ya no se estaba usando "absolutamente para nada", lleva años apagado con el fin de evitar el riesgo de sanciones de entre 1.000 y 10.000 euros. Ahora toca la campana normal, para anunciar difuntos o actos, con un sistema donado por la comunidad de montes, y da las horas y medias horas.
En relación con la reciente sentencia, Rey señala que el juez avala la decisión del Concello de apagar ese sistema, pero lamenta que "el juez no se mete en la otra cuestión" que ellos consideran que debe regular el juzgado, la prescripción de la licencia urbanística de los altavoces.
Al respecto, insiste en que los altavoces llevan más de 30 años colocados, ya figuran en las fotos por las que el Concello catalogó la iglesia, de modo que ahora le toca al Concello "mojarse" y fijar en qué horario se tiene que poner. Recuerda que es necesario extremar cualquier decisión al respecto, pues podrá afectar a otras iglesias como, por ejemplo, el campanario de la Peregrina, situado en plena ciudad y "que también toca".
En defensa de la actuación vecinal con este sistema ya tradicional en la parroquia, Rey también insiste en que el juez hace referencia que no hay ninguna medición de audímetros de sonido por parte de la Policía ni del Concello".
La resolución judicial, con fecha 13 de marzo, desestima el recurso presentado por los comuneros contra la decisión del Concello y concluye que ninguna de las partes deberá pagar las costas por las "peculiaridades del caso".