Julio Araújo, expareja de Sonia Iglesias, está investigado por un delito de homicidio en las indagaciones abiertas para aclarar la desaparición de la pontevedresa en agosto de 2010. Hace años, hasta el archivo de la causa en el año 2015, había estado investigado en este caso por un delito de detención ilegal y cuando este miércoles le citaron a declarar en la Comisaría Provincial las primeras informaciones apuntaban a que lo hacía por el mismo delito, pero la sorpresa llegó en el momento en el que, ya ante los investigadores, le leyeron sus derechos y le comunicaron que la infracción por la que se le investiga es más grave, homicidio.
Julio Araújo fue citado este miércoles junto a su hermano menor, David, ambos en calidad de investigados, uno a las 17.00 y otro a las 18.00 horas. Ambos permanecieron dentro de la Comisaría alrededor de una hora y se acogieron a su derecho a no declarar.
Al término de su comparecencia, ambos salieron libres, aunque se mantiene su condición de investigado y no se descarta que puedan ser llamadas a declarar en los próximos días en el Juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra que reabrió la causa. A su salida de las dependencias policiales, el abogado de Julio confirmó que estaba investigado por homicidio, pero de su hermano no ha trascendido la imputación.
El abogado de Julio Araújo, Jesús Santaló, explicó que estuvo una hora ante los investigadores, pero debido a una cuestión informática que lo retrasó todo. La comparecencia en sí fue breve, pues se acogió a su derecho a no declarar porque "las diligencias están secretas, no conocemos el contenido y optamos por no hacer ningún tipo de manifestación".
La citación en sede policial llegó tras la reapertura de la causa meses atrás a raíz de un informe policial, pero no ha trascendido el contenido de ese documento ni ningún otro dato, pues las actuaciones son secretas. De todas formas, Jesús Santaló considera que "es evidente" que las pruebas o nuevos elementos que han determinado la reapertura de estas diligencias "no parecen suficientemente sólidos", pues, en caso contrario, se habría adoptado algún tipo de medida, pero él sigue en libertad sin medidas cautelares.
El letrado asegura que a él le "sorprende" que le hayan citado como investigado, pues no encuentra elementos o datos que lo amparen, "por lo que se puede intuir". Piensa "que no han encontrado nuevas pruebas".
Julio Araújo presenció este martes el registro realizado en horario de mañana y tarde en la vivienda de su familia en San Mauro sin dar ninguna muestra de nerviosismo. Este miércoles repitió estado a su entrada y salida de la Comisaría, a pesar del revuelo de medios que había a su alrededor.
Al respecto, su abogado aseguró que "siempre ha manifestado una tranquilidad y una serenidad absoluta porque no ha tenido intervención en estos hechos" y esta semana se ha demostrado. "Está tan preocupado como estaba antes respecto de su implicación", añadió su letrado.
En cuanto a su hermano David, que este martes por la tarde se había acercado hasta la vivienda familiar de San Mauro en apoyo a Julio Araújo, no quiso hablar con la prensa ni a la entrada ni a la salida ni tampoco su abogado. Tan sólo ha trascendido que no quiso hablar ante los investigadores, pero fuentes consultadas indicaron que ni siquiera llegaron a manifestarle el delito por el que se le citó en la Comisaría.
Julio estuvo investigado por estos hechos durante tres años, no así su hermano, a quien nunca se le había citado en calidad de investigado. Sí se realizaron averiguaciones relaciones con su teléfono móvil y se le interrogó como testigo. Él, según se ha podido saber, en su declaración habría dicho que no tenía nada nuevo que aportar a mayores de aquel interrogatorio de años atrás como testigo.
El caso sigue rodeado de un total secretismo y fuentes oficiales no han dado ninguna información oficial en toda la semana ni sobre los registros ni sobre las investigaciones.
Los registros los autorizó el juzgado y se realizaron este martes y también durante dos horas y media en la mañana de este miércoles, en este caso, a cargo de un despliegue de medios más reducido y centrándose en excavaciones en una zona de terreno situada entre la casa de los Araújo y la capilla de San Mauro. Los agentes también entraron con linternas en el edificio religioso.