Diecisiete minutos antes de las dos de la tarde, el avión privado con el que Juan Carlos I ha vuelto a España ha tomado tierra en el aeropuerto vigués de Peinador.
Lo ha hecho, a las 13:43 horas, procedente de Londres, en donde ha estado en las últimas horas, entre otras cosas, presenciando el partido entre el Chelsea y el Real Madrid.
Rodeado de grandes medidas de seguridad, el rey emérito ha desembarcado de la aeronave y, en apenas diez minutos, ha abandonado el aeropuerto.
Allí le esperaba su gran amigo Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, con un coche que le llevará a su residencia, en donde Juan Carlos I se hospedará estos días.
La previsión esta vez es que su estancia esté marcada por la discreción, después del malestar que causó su visita anterior, hace casi un año.
Debido a sus problemas de movilidad, la idea del rey emérito será reposar durante este primer día en Sanxenxo y entrenar con la tripulación del Bribón este jueves, con vistas a la regata que se va a celebrar el sábado y el domingo en aguas de la ría de Pontevedra.