José Sieiro, presidente de Protección Civil de Caldas: "Lo más angustioso eran los móviles de heridos y fallecidos que sonaban en los vagones"

Umia
27 de julio 2013

Su imagen sentado en la vía del tren sigue recorriendo las redes sociales como símbolo de la impotencia ante la tragedia. José Sieiro, presidente de Protección Civil de Caldas de Reis cuenta en esta entrevista a PontevedraViva cómo vivió aquellos momentos de solidaridad y angustia

José Sieiro, presidente de Protección Civil de Caldas, en la imagen simbólica que se difunde en las redes
José Sieiro, presidente de Protección Civil de Caldas, en la imagen simbólica que se difunde en las redes

Su cuerpo sentado al borde de la vía, sus piernas extendidas con las manos entrelazadas y el rostro cabizbajo se han convertido en todo un símbolo que, desde el jueves, se extiende por las redes sociales.

Tras la imagen se encuentra José Sieiro, un joven que preside desde abril de este año el servicio de Protección Civil de Caldas y que rehúye la notoriedad: "La he encontrado en facebook y me he quedado tieso. No es de nadie conocido, por mi parte, al menos. No tenía ni la más remota idea de que me la habían sacado. Lo primero que pensé es: ¿y yo qué pinto ahí? Incluso llegué a pensar: ¿realmente soy yo el de la foto?". Comenta con rubor: "A mi me gusta pasar desapercibido y te ves en esa foto que tiene 5.000 'me gusta' y compartidos en facebook y dices: ¡¡¡por el amor de Dios!!!"

"Tuve que pedir a un compañero que entrase en uno de los vagones y salir un momento porque necesitaba respirar un minuto"

Y, a continuación, Jose explica cuando cree que ha sido tomada durante los trabajos que se desarrollaban en el lugar del siniestro el día 25: "Esa foto puede ser sobre cerca de las 12.00 horas del mediodía, después de rastrear tres vagones. Tuve que pedir a un compañero que entrase en uno de los vagones y salir un momento porque necesitaba respirar un minuto y hacer un inciso. Me senté en el primer sitio que encontré".

Acto seguido, Jose se remonta a aquellas horas infernales que comenzarón entorno a últimas horas de la tarde del miércoles 24: "Recibí la noticia sobre las 20.40 horas. Pensé que se trataba de una broma. No te esperas en un dia tan indicado como el 24 de julioque pueda llegar a suceder un evento de estas características. Localize a la secretaria para que pusiera a todo el mundo en prealerta hasta saber el alcance y ya me comuniqué con el alcalde para que tuviera conocimiento. A medida que iba recibiendo más datos y más información me puse en contacto con la sala de coordinación del 112 para ponerle a su disposición todos nuestros medios".

LLEGADA AL LUGAR DEL SINIESTRO

Jose Sieiro va narrando cómo la secretaria de la agrupación de Protección Civil de Caldas le comunica el operativo que estaba disponible en ese momento y cómo decidió salir "dada la dimensión de la catástrofe", tras obtener la autorización del alcalde, Juan Manuel Rey.  Y de esta forma, con dos vehículos, cinco voluntarios acompañaron a Sieiro hasta Angrois sin saber con detalle qué escenario se iban a encontrar. Una vez allí se pusieron en contacto con el mando de bomberos de Santiago y con el resto de compañeros para establecer turnos y prioridades. Colaboraron con el hospital de campaña. En aquellos momentos, "lo importante era la inmovilización de heridos y ayudar en los traslados", con un ritmo frenético, siempre en contacto con el puesto de mando avanzado. "Había una noria de rescate de los fallecidos pero no llegamos a participar", indica Jose.

"No tienes tiempo, en ese momento, de ponerte a pensar y de bajar la guardia"

Tras una noche larga y dura, en la mañana del día 25, su trabajo se centró en colaborar con la policía científica y judicial: "Estuvimos en tres vagones rastreando los medios personales y equipajes". A las 12:30, Jose Sieiro decidió que su grupo se retirara a descansar tras hablar con el mando de Bomberos y Protección Civil de Santiago. Habian llegado a Angrois cerca de las 22 horas: "Todos los heridos ya se encontraban en la zona templada y estaban siendo atendidos por asistencias médicas. Colaboramos en la extracción de dos fallecidos. Son instantes muy duros, estás en una vía del tren con un montón de fallecidos, con un montón de mantas. Con todos los que estaban allí... No tienes tiempo, en ese momento, de ponerte a pensar y de bajar la guardia".

Y Jose, docente de primeros auxilios y coordinación, pronuncia una frase que dice que ha repetido mil veces durante esas 48 horas fatídicas: "hicimos lo que teníamos que hacer, estuvimos en donde teníamos que estar. Te sientes personalmente orgulloso de estar allí porque era lo que tenías que hacer pero, al mismo tiempo, es un dolor muy grande, una tristeza enorme porque hay muchos fallecidos". Y utiliza una metáfora que explica con claridad las sensaciones que le invadían: "Es como si tuvieses un montón de pantallas de Windows abiertas desordenadas con un montón de imágenes a las que no eres capaz de poner sentido. No va a ser fácil superarlo".

ELOGIO A LOS VECINOS DE ANGROIS

Por supuesto, el jefe de Protección Civil de Caldas también tiene palabras de elogio hacia los vecinos del barrio de Santiago: "Lo que hay que elogiar es a los primeros intervinientes, han sido los vecinos de Angrois los que realmente se merecen un aplauso. Se merecen todo el cariño, el abrazo... porque todo lo que han hecho es una actuación en la que quitarse el sombrero es poco". Y alude a que entre el resto de cuerpos que colaboraron en el rescate reinó un compañerismo absoluto: "Todo el mundo sin palabras sabían dónde tenían que ir y qué tenían que hacer, nos entendíamos con la mirada".

"No se podía responder a esas llamadas, hay que seguir los protocolos y no se puede"

Jose recuerda, sobre todo, el rastreo de los vagones porque se le han quedado grabados los sonidos sin respuesta: "Allí se encontró de todo, maletas, enseres personales, teléfonos móviles que a las 11 de la mañana seguían sonando. Eso era lo más angustioso. Los teléfonos móviles, tanto de heridos como de fallecidos que a las 11 de la mañana sonaban dentro del vagón y ser conscientes de todas las familias que estaban buscando. No se podía responder a esas llamadas, hay que seguir los protocolos y no se puede", afirma con tristeza.

Los camiones de la agencia gallega de emergencias recogían todo ese material y los retiraba para salvaguardarlos con la intención de identificarlos y entregarlos después a las familias.

Sobrecogido por todo el impacto físico y psíquico de estos días, Jose afirma que "hay cosas que no somos capaces de responder, aún debemos esperar unos días".

Los voluntarios de Protección Civil de Caldas se han ofrecido para colaborar en la organización del funeral de Estado y es que su trabajo no puede detenerse. Quedará en la memoria de todos al igual que la imagen eterna de ese hombre, Jose, sentado en las vías, perdido en el absurdo de un accidente tan inexplicable como cruel.