Javier Romero: "Lo del narcosubmarino fue un viaje suicida. Acabó siendo una cuestión de supervivencia"

Pontevedra
01 de febrero 2022

Veintisiete días de una travesía "infame". Fue el tiempo que duró el "viaje suicida" que emprendió un exboxeador gallego, acompañado de dos ecuatorianos, a bordo de un narcosubmarino que acabó hundido frente a las costas gallegas. El periodista Javier Romero relata esta peculiar singladura en el libro Operación Marea Negra

Javier Romero, autor de "Operación Marea Negra" Mónica Patxot

Veintisiete días de una travesía "infame". Fue el tiempo que duró el "viaje suicida" que emprendió un exboxeador gallego, acompañado de dos ecuatorianos, a bordo de un narcosubmarino que acabó hundido frente a las costas gallegas.

El periodista Javier Romero relata esta peculiar singladura en el libro Operación Marea Negra (Ediciones B), la crónica de cómo la primera embarcación de estas características detectada en Europa pasó de ser una operación de narcotráfico a una "cuestión de supervivencia".

¿En qué momento fuiste consciente de que esta historia, que tú ya estabas cubriendo para el periódico, tenía los ingredientes óptimos para un libro?

Desde que me di cuenta que esto era algo inédito. No solo para Galicia o para España. No había ocurrido nunca a nivel europeo. Es el alijo más singular de la historia del narcotráfico en toda Europa. Pero sobre todo cuando, en pleno proceso de buscar información, descubro el pasado boxeador de Agustín. O el hecho de que quienes acabaron implicados eran sus amigos.

Y la propia historia de esta peculiar singladura, me imagino.

Efectivamente. Saber lo que pasó dentro ese narcosubmarino durante los 27 días de pasaron desde que salieron del Amazonas, en unas condiciones infames y luchando contra los temporales. O cómo fue su llegada a Galicia, ya perseguidos por las autoridades. Era una historia apasionante que me apetecía contar. Y, sobre todo, ver si era capaz de hacerlo.

Citabas a Agustín. Quizá su perfil es otro de los elementos que sorprende de todo lo que pasó. Un joven aparentemente normal que vio envuelto en algo que se le fue de las manos.

Lo que descubrí, tras hablar con todo su entorno en Vigo, es que no era el típico tipo que viene de una familia desestructurada o de un ambiente marginal que le hubiese llevado a la delincuencia juvenil. No tenía antecedentes y todo su ambiente era completamente normal. Había sido campeón de boxeo y lo dejó todo de repente. A los 22 o 23 años.

En el libro narras cómo se diseñó toda esta operación. En ella, reflexionas, todo lo que podía salir mal, salió mal. ¿Por qué?

Salió mal o incluso peor de lo que nadie esperaba. Todo se torció casi desde el principio, pero si me preguntas por la llegada a Europa, el desembarco de la droga tenía que haberse hecho a 269 millas de Lisboa. Se iban a encargar profesionales. Una organización gallega, de hecho. Debían recoger la mercancía y a los tripulantes y hundir el narcosubmarino.

Pero no fue así. ¿Qué ocurrió en ese momento?

Tenían dos planeadoras preparadas pero una de ellas tuvo un fallo en el motor. Hubo que esperar y el mal tiempo lo complicó todo. Eran los días de una borrasca que se llamó Cecilia y casi mueren aplastados o tronzados por un gran buque. Fue la pericia de Agustín la que les permitió salir airosos. Fue por unos segundos.

Y esa situación, por lo que tengo entendido, les hizo pedir ayuda. Ese fue su error, ¿no?

Activaron el teléfono satelital y, en eso, los ingleses son muy buenos. Captaron la señal y averiguaron que había una embarcación con 3.000 kilos de cocaína y avisaron a Portugal. Al verse descubiertos, como el piloto es gallego, los responsables de la operación les dicen que tiren hacia Galicia. Van sin red y se tiran al vacío.

En Galicia parece que no les fue mucho mejor...

La historia fue que les dijeron id tirando que nosotros ya buscamos quien salga a por la droga. Tocaron a cuatro organizaciones de las Rías Baixas. Nadie aceptó a pesar de que se hicieron suculentas ofertas para tentarles. Eso fue raro. Todo apunta a que alguien filtró que eso estaba viciado y nadie quiso arriesgarse. Había demasiado riesgo.

¿Las autoridades sabían lo que debían buscar?

"Los portugueses buscaban un velero, un pesquero o un buque. Fue la gente del ECO la que se enteró que era un narcosubmarino"

Esa es otra. Cuando se emitió la alerta, se avisaba que venía una embarcación. Los portugueses buscaban un velero, un pesquero o un buque. Salían sobre las posiciones que les daban y no encontraban nada. Era una frustración. Fue la gente del ECO la que se enteró que era un narcosubmarino y lo siguiente fue hilar que venía para Galicia y esperarles allí.

Y al ver que ninguna organización quería asistirles, ¿qué pasó?

Les pidieron el más difícil todavía. Tirar hacia la Costa da Morte y en plena borrasca. Allí les iba a salir al encuentro un pesquero que venía del Cantábrico. Pero la Guardia Civil lo supo y les acorraló con una patrullera y un helicóptero. El pesquero, que venía oculto detrás de un busque más grande, dio la vuelta y les dejó vendidos.

Ahí les piden que suban más para intentarlo más arriba, pero por primera vez les dice que no. Ya no eran física ni mentalmente capaces. A partir de ahí ya no fue una cuestión de narcotráfico. Era una cuestión de supervivencia. Estaban luchando por seguir vivos.

¿Y fue entonces cuando decidieron ir hasta Aldán?

Agustín era una zona que conocía bien porque solía veranear allí. Ese siempre fue su plan B. Desde lo de Portugal. Los dueños de la droga se lo permitieron. Fue cuando tiró de sus amigos en Mallorca y en Lleida. Por lo que pudiera pasar. Ellos lo hicieron por amistad con él.

Y por dinero, ¿no?

Eso evidencia los mensajes de WhatsApp, sí. Que hubo dinero de por medio. Los mensajes los incriminan a todos. Son un libro abierto y permitieron hilar todo el operativo marítimo.

¿Y cómo llega Agustín a verse envuelto en todo esto?

A él se lo ofrecen. Ya trabajaba para una organización con fuertes vínculos con Colombia. Pero no se pudo llegar a ellos. Llegó por descarte. Desde que se lo ofrecieron tuvo cinco o seis días para llegar a la desembocadura del Amazonas. Todo encaja. Los billetes de avión, los permisos de entrada. Todo. Él hasta ese momento no había figurado en ningún lado.

Cuando dices que fue por descarte, ¿él no era la primera opción?

No lo era, no. Iba a ir otro chico gallego. De O Salnés. Llegó a entrar en Brasil y habría estado en el astillero militarizado. No fue hasta allí sin cerrar las condiciones económicas. Se echó atrás porque lo que vio no le gustó. Era alguien con poder suficiente para tomar esa decisión, porque Agustín no la hubiese podido tomar si lo hubiese querido. 

Lo que no le gustó, entiendo por tu relato, fueron las condiciones del viaje...

"El viaje fue algo indigno. Piensa en tres tíos corpulentos en un espacio de apenas un par de metros cuadrados durante tres semanas"

Es que era algo indigno. Piensa en tres tíos corpulentos en un espacio de apenas un par de metros cuadrados durante tres semanas. Los primeros ocho días fue una travesía apacible. Salían a cubierta a estirar las piernas y asearse. Pero a partir de ahí, los temporales lo complicaron todo. Eso, y las continuas averías. Y el hedor que había dentro. De la gasolina, de la cocaína.... Tenían que hacer hasta sus necesidades en una bolsa.

¿Cómo definirías esta singladura por el Atlántico?

Fue un viaje suicida, una yincana infernal. No entiendo qué te lleva a hacer eso por dinero. Los ecuatorianos que iban con Agustín, por unos 55.000 dólares cada uno. Se jugaron la vida por ese dinero. Uno llegó a decir que estaba cansado de vivir. Pero aun así. Fue una locura.

Esta historia ha inspirado además una serie en la que has colaborado con asesor.

Es un proyecto de la productora gallega Ficción Producciones para Amazon. Me llamaron por las informaciones del periódico. Los guionistas necesitaban resolver ciertas cuestiones. Cuando nos reunimos les expliqué que tenía el libro ya casi escrito. Ahí surgió todo. Me propusieron un documental en el que se reconstruye la historia. Todo se emitirá a partir de febrero.