Indignación con el transporte público en A Canicouva: el autobús les deja tirados a 3 kilómetros de casa sin previo aviso

Pontevedra
05 de julio 2022

El servicio de autobús entre A Canicouva y Pontevedra se interrumpió este lunes y los vecinos tendrán que trasladarse hasta Figueirido para poder utilizarlo. Una mujer de 86 años y una paciente oncológica, entre los afectados que este lunes se encontraron con el cambio sin que nadie les hubiese avisado antes. Detrás de esta situación están las obras de la A-57, que obligan a cortar la carretera

Autobús de transporte público Mónica Patxot

Berta Novas Rodríguez utiliza a diario el transporte público para acudir a su puesto de trabajo. Reside en la parroquia de A Canicouva y cada mañana coge un autobús para trasladarse al centro de Pontevedra y otro para regresar. Lleva haciéndolo muchos años y siempre sin problemas. Hasta este lunes. A primera hora de la mañana el vehículo no llegó a la parada y tuvo que desplazarse con un vecino y, cuando regresaba a casa, sí pudo montarse en el bus, pero no le llevó a casa, sino que la dejó "tirada" en Figueirido, a tres kilómetros

El caso de Berta no es una excepción, sino que una experiencia similar la tuvieron este lunes 4 de julio todos los vecinos de A Canicouva que suelen utilizar el transporte público y ha generado preocupación y también indignación entre la población. 

Este lunes también resultó afectada, por ejemplo, una mujer de 86 años que suele coger el autobús a diario y este lunes finalmente tuvo que solicitar un taxi para poder desplazarse. En el caso de Berta Novas, cuando regresaba a casa, le obligó a caminar durante tres kilómetros bajo el sol de las tres de la tarde a pesar de que es una paciente oncológica que no debe exponerse a las radiaciones solares. 

Según han podido saber los vecinos afectados, el origen de este incidente es que la compañía de autobuses ha dejado de prestar servicio hasta A Canicouva. Desde este lunes, los autobuses no recogen ni dejan viajeros en esa parada, sino que la más cercana a la que pueden acudir está situada en Figueirido, a unos 3 kilómetros del lugar de recogida anterior, y en un término municipal diferente, Vilaboa. 

Este cambio en el servicio se debe, siempre según las explicaciones que tienen los vecinos, a que las obras de la autovía A-57 que se realizan en esa zona obligarán a cortar la carretera de acceso a A Canicouva desde Figueirido y tan solo se podrá llegar en coche por otra vía alternativa, la que llega desde Ponte Sampaio. 

En el caso de los autobuses, la línea que da servicio a A Canicouva utilizaba esa carretera de acceso, no la otra alternativa, de modo que, durante el tiempo que duren las obras, no habrá servicio de transporte público hasta esta parroquia en la que el servicio de autobuses con Pontevedra es, para muchos vecinos, el único medio de transporte que les permite acudir regularmente a su puesto de trabajo o a citas médicas, así como trasladarse a la ciudad para realizar gestiones y recados.

Los vecinos se muestran indignados por esta situación y, sobre todo, porque nadie les ha informado ni les han buscado una comunicación alternativa para el tiempo que dure el corte de la carretera, que podrá llegar a los seis meses.

Así, Berta Novas sabía desde hace un tiempo que esto ocurriría porque se lo había comentado algún conductor con el que coincide en sus trayectos diarios al trabajo, pero nadie se lo ha confirmado de forma oficial ni la compañía de autobuses, Monbus, realizó ningún anuncio público. En todo caso, sabía que eso ocurría cuando cortasen la carretera, pero no que sería ya este lunes

De hecho, el enfado vecinal es mayor por esa falta de información y porque, además, la carretera todavía no está cortada y, sin embargo, ya interrumpieron el servicio

En el caso de Berta, por ejemplo, no llegó a saber por qué el autobús de las ocho y media de la mañana no acudió y, cuando se dispuso a regresar a casa a mediodía, se montó en la parada del Hospital Provincial y allí compró y pagó un billete hasta A Canicouva sin que nadie le avisase de que no le llevarían a casa. Durante el viaje, a medida que se acercaban a Figueirido, el conductor sí le dijo que pararía antes, pero no antes de subirse. 

Esta mujer viajaba sola en el autobús y, al llegar a Figueirido, le contó su caso personal al conductor y le pidió que la llevase igualmente. Pese a que el hombre hizo una consulta con un superior, le dieron la orden de que no podía seguir el recorrido. El marido de Berta estaba trabajando y no podía ir a recogerla, de modo que le tocó caminar bajo el sol hasta casa. El esfuerzo fue demasiado para su cuerpo todavía en proceso de recuperación y "estuve tumbada toda la tarde, muy mal". 

Berta Novas trasladó la situación al concejal responsable de la parroquia, Raimundo González, al ser el político al que tiene más a mano para trasladar sus demandas. 

Este cambio se produjo por primera vez este lunes, pues el viernes pasado el servicio funcionó como es habitual y desde este lunes afectó a los nueve trayectos diarios que hay entre Pontevedra y A Canicouva. Los sábados son cuatro diarios y los domingos, dos.