Un centenar de kilos de almeja. Es lo que ha logrado recuperar la Guardia Civil de manos de mariscadores furtivos, que fueron sorprendidos en los últimos días en dos playas de Poio.
Fue en el transcurso de un operativo conjunto del instituto armado y los vigilantes de guardapescas de la cofradía de San Telmo (Pontevedra).
La primera de las incautaciones se produjo en la playa de Padrón, en Combarro, después de que los vigilantes de la cofradía detectasen un vehículo estacionado en las inmediaciones de este arenal.
Con el apoyo de una patrulla de la Guardia Civil inmovilizaron el vehículo. Aunque no había marisco en su interior, se localizaron dos sacos con 29 y 23 kilos de almeja que los dos ocupantes del coche habían tratado de esconder en la playa al detectar el control policial.
Ambos fueron denunciados por los vigilantes de la cofradía. Tienen numerosos antecedentes por marisqueo furtivo.
La segunda incidencia transcurrió de una forma similar a la anterior. En esta ocasión, los vigilantes de la cofradía, con el apoyo de la patrulla fiscal y de fronteras de la Guardia Civil de Marín, establecieron varios puntos de observación y control sobre tres mariscadores furtivos que se encontraban faenando en la playa de la Pinela.
Cuando salieron del arenal fueron interceptados y se les incautaron tres sacos que contenían unos 15 kilos de almeja cada uno.
Con estas dos incautaciones, que forman parte del protocolo de colaboración de la Guardia Civil con las cofradías de pescadores para erradicar el marisqueo furtivo en la provincia, han sido identificados y denunciados cinco mariscadores furtivos y se incautaron cerca de 100 kilos de almeja, que fue decomisada y devuelta al mar.