Homenaje a los guardias civiles que lucharon contra el fuego: "Teníamos la sensación de que estaban bombardeando la provincia"

Pontevedra
20 de octubre 2017

En la jornada negra del domingo se implicaron en el operativo 680 agentes de Pontevedra, entre ellos, muchos que estaban de baja, vacaciones y francos de servicio. El responsable de la Comandancia describe una jornada "tremenda": "Teníamos multitud de escenarios, muy cambiantes, iban evolucionando de una forma muy rápida, llegamos a tener vías muy importantes cortadas..."

Agradecimento a los guardias civiles que actuaron durante la oleada de incendios forestales
Agradecimento a los guardias civiles que actuaron durante la oleada de incendios forestales / Mónica Patxot

Un infierno. Es la descripción que más se repite entre quienes en la última semana han vivido de cerca la oleada de incendios que arrasó 35.500 hectáreas de superficie en Galicia. Este viernes han reiterado la definición los agentes de la Guardia Civil que, de una manera u otra, se vieron implicados en la lucha contra el fuego.

En la jornada negra del domingo 15 se implicaron en el operativo un total de 680 agentes de Pontevedra, entre ellos, muchos que estaban de baja, vacaciones y francos de servicio. Todos se incorporaron a ayudar para atender a la población, el tráfico y, en muchos casos, para combatir directamente las llamas y coordinaron la evacuación de 1.700 personas en toda la provincia. 

El teniente coronel Manuel Touceda, jefe provisional de la Comandancia de Pontevedra, y la subdelegada del Gobierno en la provincia, Ana María Ortiz, se reunieron este viernes con una amplia representación de esos agentes para agradecerles su esfuezo y dedicación en momentos tan dramáticos

El responsable de los agentes explicó a los medios que esta ola de incendios es "de las situaciones más complicadas profesionalmente" a las que se ha enfrentado, en especial la jornada del domingo, que fue "tremendo". Durante la tarde, "teníamos la sensación de que estaban bombardeando la provincia", pues "teníamos multitud de escenarios, muy cambiantes, iban evolucionando de una forma muy rápida, llegamos a tener vías muy importantes cortadas...".

Su descripción no puede ser más gráfica. Algunas de las situaciones más complicadas se vivieron la carretera AG-57 y la autovía de las Rías Baixas, A-52, en la que el túnel de A Cañiza se atascó y logró descongestionarse gracias a la intervención de dos guardias civiles francos de servicio que estaban en el atasco y decidieron actuar, romper un obstáculo de la mediana y permitir que se reabriese la circulación. 

El punto negro, de todas formas, estuvo en la aldea de Chandebrito, en Nigrán, una población en la que todos los vecinos y 16 policías quedaron cercados por las llamas y finalmente dos vecinas murieron calcinadas en su furgoneta. Fue "la situación más angustiosa" porque sabían que se estaba extendiendo el fuego y la población estaba aislada y uno de los guardias intentó llegar hasta allí con dos motobombas y le falló la tracción.

El teniente coronel mantiene que "es más fácil decir dónde no pasaban las cosas que dónde pasaban", con el fuego sembrado por toda la provincia. De ahí que no tenga suficientes palabras de agradecimiento para los agentes, pues "lo mejor de todo esto, si tiene algo bueno, es la actitud de los guardias". Todas las unidades de la Comandancia se implicaron, desde Tráfico al Seprona o incluso el servicio marítimo, que atracó su embarcación y se puso a extinguir incendios. El servicio de desactivación de explosivos tuvo que realizar una peligrosa intervención al desalojar una cantera de Pazos de Borbén con 60 kilos de pólvora y más de mil metros de cinturón explosivo

En Baiona el propio cuartel se vio cercado por las llamas. Finalmente los daños fueron menores, con las cámaras de seguridad afectadas, pero llegó un momento en el que "pensábamos que podíamos perder el cuartel". El peligro se atajó gracias a la ayuda vecinal, con la participación incluso de gente que habían detenido con anterioridad y que les ayudó en la lucha contra el fuego. 

LAS CAUSAS DE LA TRAGEDIA

El responsable de la Comandancia sostiene que la situación empezó a complicarse cuando saltó el fuego desde Portugal por la zona de As Neves, pero, en general, todo fue complicado porque "ese día se juntó todo", desde fuegos intencionados a otros causados por imprudencias o aquellos provocados por el típico efecto espejo, donde "el pirómano al ver arder el fuego vuelve a prender".

La Policía Judicial mantiene abierta una investigación con varias líneas de trabajo. Una de ellas se centra en la presencia de un grupo organizado que actuó por Pazos de Borbén, pues allí se detectaron nueve focos en un período de 20 minutos y "pensamos que es muy difícil que una persona pueda hacer eso". 

El teniente coronel coordinó todo el operativo desde el Centro Operativo Complejo de la Comandancia, donde había cuatro operadores de tráfico y ocho de seguridad ciudadana para gestionar todas las llamadas de alerta y llegó a desplazarse el general de zona de la Guardia Civil de Galicia, Ángel Alonso Miranda. Estuvo en permanente contacto con la  subdelegada del Gobierno, que este viernes agradeció a todos los agentes "el excelentísimo trabajo que han hecho".

"El uniforme lo llevan con profesionalidad, con dedicación, no tengo ni adjetivos para trasladar todo lo que siento en estos momentos...", indicó Ana Ortiz, convencida de que "si no fuera por la labor que han desarrollado hubiera sido mucho peor" y el balance de cuatro fallecidos registrado habría sido mayor. 

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