La autovía A-57 sigue dejando damnificados a su paso. Primero fueron los vecinos de Marcón, que sufrieron toda una 'navajada' en uno de sus parajes naturales: el monte de A Fracha. Ahora, con las obras del primer tramo ya en marcha, la misma suerte podrían correr zonas de Xeve y Bora, parroquias por las que continuará su trazado.
La tramitación administrativa del tramo A Ermida-Pilarteiros avanza sin descanso. Fomento baraja dos alternativas, una más cercana a Pontevedra y otra más alejada, en las que se invertirá un mínimo de 100 millones de euros, según cifras del Gobierno. Pero cuanto más se sabe de este proyecto mayor es la indignación entre los propietarios de los terrenos afectados.
Uno de ellos es la empresa Hifas da Terra, toda una referencia en el campo biotecnológico gallego. Cuenta con varias líneas de negocio firmemente consolidadas, que van desde la alimentación o los cultivos de plantas forestales, hongos y setas hasta la aplicación de estos productos en campos como la cosmética o la biomedicina aplicada al ámbito oncológico.
Tras casi veinte años de actividad, la compañía ha dado el salto al mercado internacional y, además de tener bases estables en Alemania, Francia o Reino Unido, sus productos son muy demandados en países tan diversos como Estados Unidos o China. Y ahora, debido a la autovía A-57, su continuidad está seriamente amenazada.
Así lo reconoce su directora general Catalina Fernández de Ana. En declaraciones a PontevedraViva, denuncia que una de las alternativas -la número 2- "nos destroza", ya que por medio de sus viveros pasaría un viaducto de 800 metros de largo y 60 de alto, que afectaría por completo a toda su producción.
Sus cultivos son "muy sensibles" al ser completamente ecológicos y naturales "y nos quieren cruzar una autovía de cuatro carriles", lo que supondría "contaminación y ruido" sobre sus delicadas plantaciones.
"Sería inviable seguir aquí", explica Fernández de Ana. No solo en Bora, en donde su actividad se extiende a lo largo de diez hectáreas situadas en la ribera del río Almofrei, dando trabajo a un centenar de personas, entre personal fijo y eventual.
La fundadora de Hifas da Terra tiene claro que "nos iríamos de Galicia y de España porque no podemos vivir en esta inseguridad jurídica", lamentando que tanto ellos como los particulares afectados apenas tenga "capacidad de defensa" después de que "alguien desde su despacho" haya decidido que la autovía "nos destroce la vida".
Catalina Fernández de Ana también rechaza la otra alternativa que estudia Fomento porque entiende que, aunque no les afecta directamente, supone una "brutalidad" contra el medio natural y sus efectos se notarían incluso en el ecosistema del río Lérez. Además, asegura que dividiría a Bora en dos y limitaría el crecimiento de Pontevedra.
"No tiene sentido hacer una autovía paralela a la AP-9. Es incomprensible", subraya la directora general de la empresa, que insta a Fomento a descartar este proyecto y trabajar para lograr la gratuidad de la autopista y "abandonar el modelo de la burbuja inmobiliaria".
Junto con las alegaciones que presentan por la vía administrativa, la asociación de vecinos de Bora e Hifas da Terra han iniciado una petición a través de Change.org dirigida al Gobierno para frenar la autovía y que el "pequeño gran paraíso natural" de las riberas del Lérez y del Almofrei no sufra la "barbarie ecológica" que supone la continuidad de la A-57 por el trazado previsto.