El cierre de la salida de la galerías Oliva hacia la calle Gutiérrez Mellado llevaba abierto desde los años 60, poco después de la apertura de las galerías, cuando la familia Corbal proyectó el segundo tramo, ahora cerrado y demolido. El juicio por el cierre, celebrado este miércoles, se convirtió en un repaso a toda esa historia y a las consecuencias del cierre.
Cuestiones jurídicas al margen (se pueden consultar aquí), comerciantes de ambos tramos de las galerías, vecinos de la zona y un historiador confirmaron que era una zona de paso muy utilizada por la ciudadanía y que su cierre les ha causado gran prejuicio, al impedir a la población pasar por la zona y, de paso, detenerse en sus negocios.
Consuelo do Pazo, dueña de una inmobiliaria en el entronque entre la zona abierta y la que ha cerrado se quejó de que antes su local se veía desde la calle y ahora, sin embargo, "estoy en un limbo, como en un quinto piso". Las galerías, para ella, "antes eran una calle de Pontevedra para uso de los pontevedreses" y el cierre "perjudica a todos los pontevedreses".
Dolores García Tobío, arrendataria de un bajo desde hace 42 años para una tienda de lanas, confirmó que, a todos los efectos, "esa era una calle peatonal, de las primeras de Pontevedra y, además, con mucho público".
María Paz, responsable de la ONG Solidaridad Internacional, explica que tenían una tienda de comercio justo en la parte ahora cerrada y ahora la abrieron en la zona de Oliva 2, desde enero de 2023. En su caso, están en una zona muy próxima y notaron un descenso de las ventas del 15% desde el cierre del paso. "Nuestro análisis es que la galería ha dejado de ser un lugar de tránsito, hay un flujo que se pierde".
También paso por la sala de vistas Carmen Castrelo, comerciante que abrió en 2017 un local de las galerías y en 2020 se mudó a otro en esta misma zona comercial y, con el cierre del paso, acabó cerrando el negocio porque "bajaron las ventas más del 80%".
Carlos Mora es la tercera generación de su familia al frente de un negocio en estas galerías . Con el cierre, han notado "un bajón de las ventas, de transeúntes, de todo". Este comerciante aseguró que la llave de la verja de la entrada por Oliva y por Gutiérrez Mellado era la misma.
José Prado, secretario de la asociación de comerciantes de las galerías y propietario de un local desde hace 28 años, confirmó que ambas verjas las abría juntas la misma persona. Antonio Santiago, presidente de la asociación y dueño de un negocio, confirmó que nota "muchísimo" el cierre, "el flujo de gente que había antes no es el mismo que hay ahora".
Como vecino de la calle Michelena, Miguel Ángel Delmás señaló que usó ese paso "toda la vida" y "si iba a hacer alguna gestión, siempre me metía por Gutiérrez Mellado". Como vecina de de la zona también, María Guadalupe, siempre lo a usado para sus compras y "ahora hay que dar la vuelta", de modo que le afecta mucho, "principalmente cuando llueve".
El historiador y periodista Rafael López Torre consultó los archivos municipales y la prensa de la época sobre las galerías y se refirió a su apertura. Así, relató que primero abrió Oliva 2 y la propiedad de Gutiérrez Mellado "nunca tuvo ninguna intención de hacer nada ahí", pero "cuando vio que la otra parte era un éxito, hubo prisa por hacer esa parte". Como curiosidad, reveló que ahí un proyecto para abrir un cine interior al que se denegó el permiso.