El estudio fundado en 1985 por Enrique Sobejano y Fuensanta Nieto, y con oficinas en Madrid y en Berlín, ha sido el ganador del concurso de anteproyectos para la rehabilitación arquitectónica y ampliación del convento de Santa Clara.
La noticia del fallo del jurado de este concurso la recibieron este viernes cuando estaban participando en la Bienal de Venecia de Arquitectura. "No podemos estar más contentos", han comentado, porque la rehabilitación de Santa Clara "merece la atención de todo el mundo"
"Es un proyecto que desde el primer momento nos ha parecido precioso, impresionante", ha añadido Fuensanta Nieto.
Según han explicado, en su anteproyecto "al transformar un edificio con la carga histórica que tiene Santa Clara, la intención es establecer un diálogo o conversación entre lo que es contemporáneo y la memoria del pasado" entre la parte nueva y la histórica del convento de las clarisas, siguiendo una de las señas de identidad que su estudio ha plasmado en numerosos trabajos.
Aunque en el caso de Santa Clara hay una "variante distintiva", y es que "lo que más nos llamó la atención fue el muro perimetral de granito, por lo restrictivo que era para la ciudad; era un mundo aparte. Abrir puede parecer sencillo, pero esto es mucho más, es abrir simbólicamente, es atraer" a la ciudadanía al interior del antiguo recinto de clausura.
En su concepción de este trabajo, Nieto y Sobejano entienden que "la arquitectura no crea espacio público, lo crea la gente cuando lo usa; y lo que nosotros tenemos que hacer es poner las condiciones para que lo use".
Su propuesta para Santa Clara constituye una "intervención mínima", con la que pretenden que el conjunto del convento se vea desde fuera, con un centro de recepción de visitantes "con un baldaquino situado en lo alto de la finca y con un mirador al claustro", que está concebido para ordenar usos y circulación por el complejo museístico.
Para crear el centro arqueológico incorporan este volumen "grande desde el punto de vista cuantitativo pero respetando absolutamente el edificio histórico", por lo que plantea un espacio semisubterráneo.
"La intervención tiene que contemplar y realzar, abrir el museo y buscar el equilibrio", han subrayado.
Ambos arquitectos han coincidido en que el diseño de este anteproyecto ha sido "muy difícil" y que tendrá una evolución, ya que habrá que contar con Patrimonio y la Dirección del Museo para ajustar el diseño final.